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Buenos días. Ni una recesión técnica es el fin del mundo, ni es algo que se despacha con ‘circulen, circulen y no me formen corrillos’. No todas las recesiones técnicas acaban en Gran Recesión pero toda Gran Recesión empieza con una recesión técnica. Y es cierto que el consenso de instituciones y firmas prevé solo dos trimestres de caídas del PIB y un crecimiento gradual a partir de entonces. Una recesioncita, vaya. Pero esto lo he vivido yo ya en la crisis del 2008-2014, cuando la vuelta al crecimiento se posponía como con Aquiles y la tortuga. Uno, que es un poco pragmático para estas cosas, mira lo que puede pasar con las hipotecas, con nuestros mercados emisores de turistas y con las exportaciones y como mínimo se pone en guardia. Sobre todo teniendo en cuenta que hace no tanto se nos aseguraba que la inflación sería temporal y que no habría recesión. De recesiones técnicas y brotes verdes está el infierno de ministros de Economía y Hacienda lleno.
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Fuente El Confidencial