Por Germán Padinger
¿Qué impacto pueden tener en la guerra?
Desde hace semanas Rusia ha estado bombardeando las ciudades de Ucrania con drones militares presuntamente provistos por Irán, según reportes ucranianos y de países occidentales.
Irán niega haber suministrado estos drones, aunque Ucrania ha derribado algunos de estos aparatos y mostrado evidencias de su presunto origen.
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Al momento se ha reportado la presencia o envío de los drones convencionales de origen iraní Mohajer-6, Shahed-129 y Shahed-191, aeronaves no tripuladas capaces de portar armamento o realizar tareas de vigilancia, y también los Shahed-136, del tipo munición merodeadora que se estrella contra sus objetivos, autodestruýendose.
Estos drones, que operan como versiones más baratas —el precio de un Shahed-136 ronda los US$ 20.000— y menos capaces de los misiles balísticos y de crucero que Rusia también emplea en Ucrania, han sido lanzados contra numerosos objetivos, provocando muertes y daños en la infraestructura energética de Ucrania. Además, las fuerzas ucranianas dicen haber derribado más de 300 de estos drones desde mediados de septiembre.
Ahora, la inteligencia ucraniana asegura que Irán planea enviar un nuevo lote de 200 drones a Rusia en el cual se incluye el Arash-2, un dron convencional de largo alcance, además de Mojaher-6 y Shahed-136. CNN no ha podido verificar esta información en forma independiente.
El reporte señala que que los drones son enviados desarmados y luego montados en Rusia, donde además son “repintados y aplicados con marcas rusas”.
Además, fuentes de la inteligencia estadounidense dijeron a CNN que Irán ha enviado personal militar a la península de Crimea, ocupada por Rusia desde 2014, para entrenar y asesor al ejército ruso en el uso de estos drones.
¿Qué pueden hacer los Arash-2, y qué no?
De confirmarse el reporte sobre los últimos envíos, la presencia de Arash-2 supone un aumento en las capacidades ofensivas de la fuerza de drones desplegada por Rusia en Ucrania, aunque no está claro que esto pueda generar un impacto real en la guerra.
Se trata de municiones merodeadoras como los Shahed-136, es decir que tiene un solo uso y se estrellan contra sus blancos, pero son más sofisticados y pueden llevar más armas y explosivos que los Shahed-136, y con un alcance mayor a los 2.000 kilómetros, según los reportes iraníes.
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Estos números pondrían a los Arash-2 entre los drones con mayor alcance del mundo, aunque la información no ha sido confirmada por fuentes occidentales y los iraníes suelen exagerar las capacidades de sus sistemas de armas en sus reportes, con fines propagandísticos.
De cualquier manera, y aún con sus mayores capacidades, los Arash-2 llegarían, de confirmarse los reportes, para fortalecer la ofensiva con drones de Rusia, en un momento en el que Moscú parece estar consumiendo rápidamente sus reservas de misiles balísticos y de crucero, armas mucho más poderosas, precisas, difíciles de derribar y de mayor alcance que los drones.
Y aún con sus mayores prestaciones, los Arash-2, como otros drones, vuelan bajo, lento y con una capacidad destructiva baja —tanto así que solo se usan contra objetivos civiles o no fortificados— y menor a la de otros sistemas de armas convencionales.
Una estrategia que no es lo que parece
De acuerdo con Lauren Kahn, experta del Council on Foreign Relations, un think tank son sede en Nueva York, el uso de drones ha tenido efectos limitados en la guerra, y las fuerzas ucranianas han logrado derribar entre el 60 y el 86% de los drones lanzados en su contra interfiriendo sus sistemas y utilizando armas antiaéreas ligeras, cifras provenientes de un reporte de inteligencia del Ministerio de Defensa del Reino Unido.
Drones vistos en un sitio subterráneo en un lugar no revelado en Irán, en esta imagen de mano obtenida el 28 de mayo de 2022. (Crédito: Ejército iraní/WANA/Reuters).
¿Por qué entonces las usaría Rusia?
Porque parecer es una efectiva arma psicológica contra la población —el solo ruido de sus pequeños motores, similar al de una cortador de césped, provoca terror— y porque los ataques fuerzan a Ucrania a desplegar valiosos recursos —sus sistemas de armas antiaéreas— lejos del frente, de acuerdo con Kahn.
Steven Feldstein, del think tank Carnegie Endowment, concuerda en que el uso de los drones tiene fines psicológicos: provocar temor e intimidación para así golpear la moral ucraniana y su voluntad de pelear.
El solo uso sensacionalista del término “drones kamikaze” para describir a las municiones merodeadoras entra en esta narrativa impulsada por Rusia, de acuerdo con el experto.
La historia, sin embargo, parece estar en contra de esta estrategia psicológica. Alemania la utilizó contra el Reino Unido entre 1940 y 1941, el llamado “Blitz” —los bombardeos sobre Londres y otras ciudades— y esto solo reforzó la voluntad de luchar de los británicos.
La situación se invirtió luego: Reino Unido y Estados Unidos arrasaron con las ciudades más grandes de Alemania entre 1943 y 1945 en medio de su campaña de bombardeo estratégico, y los alemanes siguieron peleando desesperadamente hasta que los tanques soviéticos entraron en Berlín.
Fuente CNN