Nevada, Arizona, Nueva York, Washington, Oregon y Colorado, todos estados donde los demócratas controlan la autoridad electoral, llevan dos días contando votos y sin un final a la vista.
Este jueves se cumplen dos días enteros desde el 8 de noviembre, fecha en la que los estadounidenses fueron convocados a las urnas para emitir su voto en una elección de medio término donde se eligieron diputados, senadores y gobernadores en todo el país.
Si bien la elección está casi terminada, como debería ser para cualquier país civilizado después de 48 horas de escrutinio, hay algunos estados que todavía siguen contando los votos en un proceso completamente fraudulento que abre serias dudas sobre la integridad de las elecciones en Estados Unidos.
Los estados de Nevada, Arizona, Nueva York, California, Washington, Oregon y Colorado todavía están contando los votos, y el resultado de las elecciones en esos territorios pueden dar dos resultados completamente diferentes: una ola roja o una victoria pírrica para los republicanos.
No hay dudas que la Cámara de Diputados pasará al control del Partido Republicano, pero mientras se esperaba un masivo aluvión en favor de los republicanos, la diferencia puede terminar siendo por la mínima. Por el contrario, el Senado todavía está abierto, y los resultados en Nevada y Arizona determinarán si la Cámara Alta pasa a los republicanos o se mantiene en el control de los Demócratas.
Nevada
La elección más polémica está teniendo lugar en Nevada. A pesar de que el 100% de los votos presentados hasta y durante el día de la elección fueron contados, dando una aplastante victoria del candidato de Trump, Adam Laxalt, en el Senado; la justicia electoral del Estado (controlada por los demócratas) decidió que se deben contar todos los votos que lleguen en los cuatro días posteriores al cierre de urnas.
La excusa es que el sistema postal no funciona como se debería, y muchos de estos votos podrían haber sido emitidos antes del 8 de noviembre, pero llegan después. El uso condicional es el correcto, podrían haber sido emitidos, como puede que no. Esto es imposible de saber ya que también se decidió que los votos que lleguen sin fecha en ese período deberán ser contados.
Con la totalidad de los 884.287 votos contados, el republicano Laxalt le gana la elección a la actual ocupante de la banca, la senadora demócrata Catherine Masto por 49,4% contra 47,6%, casi dos puntos de diferencia, o 15.812 votos.
Sin embargo, se estima que hay casi unos 90.000 votos que llegarán entre el 9 y 12 de noviembre por correo, que por la decisión de la Justicia deberán ser contados. Estos sufragios se esperan que vayan masivamente a favor de los demócratas, ya que el voto por correo ha beneficiado a los demócratas consistentemente en todo el país en las últimas dos elecciones.
Es por esto que todavía no se ha declarado ganador a Laxalt, a pesar que claramente ganó la elección, y probablemente se termine dando por ganadora a Masto, ya que en los próximos días estos votos de dudoso origen y completamente inconstitucionales sin lugar a duda la pondrán al frente.
Arizona
El caso en Arizona es completamente diferente. En el estado, no hay una decisión judicial que favorezca a los demócratas en este sentido, y todos los votos tienen que estar en las urnas para las 5 p.m. del día martes 8 de noviembre.
Por el momento, con el 80% escrutado, para la elección a senador el candidato demócrata Mark Kelly se posiciona en frente del republicano Blake Masters con el 51,4% contra el 46,4% respectivamente. Mientras que en la elección a gobernador, la izquierdista Katie Hobbs se impone por la mínima contra la republicana Kari Lake, con 50,3% contra 49,7%.
Sin embargo, ese 20% restante que falta por contar son unos 384 mil votos que pertenecen a un grupo de votos que se conoce como “drop-off ballots“, que debería ir masivamente para los candidatos republicanos.
Justamente la estrategia del Partido Republicano fue que sus electores voten de esta manera. Que reciban el voto por correo en su casilla postal, y lo completen inmediatamente para que no sea robado y completado por otro, un grave problema que ocurrió mucho en Arizona durante las elecciones del 2020.
Pero en vez de enviar el voto por el Correo, que se lo guarden dentro de su casa y lo lleven a los centros de votación el día de la elección. Esto les permite evitar las largas filas de votar en persona ese día, otro problema que históricamente ha perjudicado al Partido Republicano en las elecciones.
Esos votos, por decisión de las autoridades electorales en el estado, se cuentan al final de todo. Esto quiere decir que todos los otros votos ya fueron contados, y ahora están empezando a contar los mencionados “drop-off ballots“.
Todo indica que en una elección transparente, la victoria de los republicanos está asegurada. Kari Lake gana llevándose el 51% de estos votos y Masters el 58%, mientras se espera que se lleven más del 65%. Pero en Arizona no hay elecciones transparentes.
Katie Hobbs, la candidata demócrata para la gobernación, es actualmente la Secretaria de Estado de Arizona, un cargo electivo al que llegó en 2018 y que la convierte en la máxima autoridad electoral del estado.
En otros estados del país, la ley exige que el Secretario de Estado renuncie a su cargo por lo menos 8 meses antes de la elección, pero en Arizona no existe tal limitación y la persona que maneja el proceso electoral es activamente parte del mismo como candidata, algo que no ocurre en ningún otro país del mundo.
Hobbs y Kelly ya salieron a festejar la victoria, e incluso la dirigente política Meghan McCain, hija del difunto John McCain, quien por mucho años manejó los hilos del estado para el Partido Republicano, ya dio por ganadores a los demócratas, en un tweet donde ataca directamente a Trump: “Una buena idea sería no insultar a mí familia cuando sos candidato en Arizona“, en referencia a los múltiples enfrentamientos que tuvieron los dos líderes republicanos en el pasado.
Colorado
Para sorpresa de muchos, el estado históricamente dominado por los demócratas se convirtió en uno de los más importantes de este ciclo electoral. Si bien los demócratas se impusieron en todos los niveles de la boleta, en el distrito 3° de Colorado, la diputada Lauren Boebert, una de las máximas aliadas de Trump en el Congreso, está venciendo por la mínima al demócrata Adam Frisch.
Frisch ya había salido a dar su discurso de la victoria, y había sido publicado como ganador por todos los grandes medios de comunicación. Llevaba una ventaja casi imbatible contra la republicana.
Sin embargo, en el último 5% de los votos, Boebert se puso a solo 62 votos y en las últimas horas, ya lo pasó con una diferencia de casi 1.000 votos. En las partes más demócratas del peleado distrito coloradense, Boebert está teniendo una sorpresiva actuación, y votos que se esperaban que vayan para Frisch, terminaron yendo para ella.
De mantenerse esta tendencia, Boebert ganará la banca. Pero como todos los escrutinios que se extienden por varios días, el proceso electoral está en duda y cualquier cosa puede pasar.
Nueva York, California, Washington y Oregon
Los estados a los extremos del país, también dominados masivamente por los demócratas, están teniendo un desempeño histórico para los republicanos.
En Nueva York, los republicanos respaldados por Trump han dado vuelta cinco bancas en el Congreso, mientras están disputando dos más, el 19° y 22°, que por alguna razón no explicada, siguen contando después de 48 horas, a pesar de que el resto del estado ya terminó el escrutinio ayer y en ambos casos los candidatos republicanos Brandon Williams y Marcus Molinaro están a la delantera.
En Washington ocurre lo mismo, en el distrito 3°. El candidato trumpista Joe Kent, está apenas abajo de su rival demócrata Marie Pérez, pero todavía hay casi 25% de votos por contar. Nuevamente, no se han dado explicaciones de por qué el escrutinio no finalizó todavía.
En Oregon, el Partido Republicano está dando el batacazo. Gana en el distrito 5° de la mano de la trumpista Lori Chavez por 51,3%, pero todavía hay un 15% de votos por contar y las autoridades del estado se niegan a declararla ganadora.
En el distrito 6°, la gran apuesta de los republicanos, Mike Erickson, se ubica apenas un punto por detrás de la demócrata Andrea Salinas, con el 76% escrutado. De nuevo, los votos que faltan por contar son de zonas más conservadoras y deberían darle la victoria a Erickson, pero no hay garantías en una elección con miles de votos por correo en un distrito ultra-demócrata.
En California, los candidatos republicanos Kevin Kiley (distrito 3°), John Duarte (distrito 13°), David Valadao (distrito 22°), y Mike García (distrito 27°) lideran sus elecciones, pero la autoridad californiana se niega a declararlos ganadores ya que aseguran que se siguen contando los votos o más votos pueden llegar por correo en los próximos días.
De ganar por lo menos 8 de todos los distritos mencionados, los republicanos ganarían el control de la Cámara de Diputados, un logro que parece estar sellado prácticamente por el momento, pero la locura del escrutinio de votos está atrasando y poniendo en duda cada vez más.
Fuente Derecha a Diario