La trumpista Kari Lake llevará a la justicia y planea disputar el resultado de la elección en Arizona, aunque sea, para impulsar un cambio en la ley electoral para 2024.
La terna de candidatos por el Partido Republicano en Arizona anunció que no concederá la elección hasta que el último voto legal sea contado. Comandados por la trumpista Kari Lake, analizan presentar en la justicia todas las pruebas de fraude electoral que han reunido en estos últimos días.
Tanto Kari Lake (candidata a gobernadora), como Blake Masters (candidato a senador) y Mark Finchem (candidato a secretario de estado) estaban proyectados a ganar sus elecciones hasta que el voto por correo empezó a ser contado, los resultados se dieron vuelta y terminaron perdiendo por solo unos miles de votos.
El único que queda en carrera es el candidato a Fiscal General, donde el republicano trumpista Abraham Amadeh se encuentra en un empate técnico ante su rival demócrata Kris Mayes, siendo tan solo un puñado de votos los que separan a ambos candidatos en una carrera que posiblemente termine en un recuento voto por voto.
Si bien Masters y Finchem habrían perdido por una diferencia de más de 100.000 votos, la contienda de Kari Lake es la más insólita. Pese a que faltan cientos de miles de votos provenientes del condado de Maricopa aún por contar y la diferencia con su rival demócrata se sitúa en los 16.000 sufragios, los medios de comunicación ya han dado como ganadora a la demócrata Katie Hobbs en la carrera por la gobernación del estado, a pesar de que matemáticamente Kari Lake todavía tiene posibilidades de ganar y no ha concedido la elección.
A diferencia de los otros estados, donde el arribo de votos por correo tardíos favorecieron desmedidamente a los candidatos demócratas, en el caso de Arizona los votos por correo fueron contados al principio y se dejaron para el final los votos emitidos el día de la elección, que tienden a favorecer a los republicanos, ya que el partido les pidió a sus votantes que no voten por correo si no que lo hagan en persona.
Los casi 150.000 votos que todavía quedan por contar son todos sufragios que fueron emitidos durante el día de la elección, por lo que deberían favorecer significativamente a los republicanos. Si bien Masters y Finchem necesitan casi el 80% de estos votos para ganar su elección, Lake necesita apenas el 53%, un resultado fácilmente conseguible.
A pesar de todo esto, Katie Hobbs ya se declaró ganadora y anunció que asumirá la gobernación el próximo 20 de enero. Hobbs, una ferviente militante demócrata y acérrima antitrumpista, es actualmente la Secretaria de Estado de Arizona y tiene a su cargo el deber de organizar y supervisar las elecciones estatales.
Insólitamente, en Arizona no es ilegal que la persona que maneja las elecciones se presente como candidato a los comicios y pueda, de esta forma, abusar de su posición de poder en favor de su candidatura.
En una calculada maniobra electoral que muchos creen que fue planificada por Hobbs, en el día de las elecciones, el 25% de las máquinas de tabulación de votos en el mayor condado del estado, Maricopa, dejaron de funcionar, una falla a gran escala que nunca había pasado en la historia electoral del estado.
Los oficiales electorales tardaron horas en solucionar el problema, ocasionando que muchos de los votantes republicanos que estaban esperando en las filas desistan de votar y retornen a sus trabajos sin poder haber emitido sus votos.
A pesar de los retrasos, las largas colas y que miles de votantes republicanos fueron privados del derecho constitucional a sufragar por los problemas con las máquinas en sus centros de votación, un juez demócrata se negó a ampliar el horario de votación y rechazó la moción presentada por el equipo legal de Lake ese mismo día de la elección. El mismo juez también rechazó un pedido del equipo legal republicano de que se cuenten a mano los votos en los centros donde las máquinas se rompieron.
En los últimos días, las redes sociales de Lake se han visto inundadas de denuncias de fraude realizadas por ciudadanos corrientes que no pudieron emitir su voto por diversas complicaciones en los centros electorales de Maricopa que se encuentran a cargo de Hobbs.
“Tengan la seguridad de que he reunido al mejor y más brillante equipo legal y estamos explorando todas las vías para corregir los muchos errores que se han cometido esta última semana. Estoy haciendo todo lo que está en mi mano para corregir estos errores“, reza en un comunicado que Lake publicó en sus redes sociales.
En conjunto con Lake, el Partido Republicano de Arizona también salió a criticar duramente a Hobbs y a pedir por la inmediata renuncia de todos los delegados encargados de auditar las elecciones en Maricopa: “El Partido Republicano de Arizona se ha asociado con Big Data Polling para llevar a cabo una encuesta a pie de urna sobre los votantes de Arizona tras las elecciones generales de mitad de mandato de 2022. Los datos del 1 de noviembre de 2022, hasta el 8 de noviembre de 2022, indican que los votantes republicanos fueron impactados desproporcionadamente y negativamente mientras votaban en los bastiones republicanos”, dice la publicación.
“Las encuestas a pie de urna muestran que un mínimo del 10% a un máximo del 17% del padrón abandonó la fila para votar cuando ocurrieron estos problemas. Aunque es histórica, la información pública que muestra una tasa de abandono del 13% se correlaciona con nuestros datos de las encuestas a pie de urna”, concluye el mismo.
Por último, este jueves se hicieron públicas las grabaciones de las casillas donde los arizonenses depositaron sus votos por correo durante las semanas previas a la elección.
En los videos se registraron miles de personas depositando múltiples votos. Si bien en Arizona es legal que una persona deposite los votos de sus familiares directos (marido/esposa e hijos), en algunos videos se vio a personas depositando de a 30 o 40 votos, una situación que nadie puede hacer pasar por ser su familia.
En la misma situación que ocurrió en 2020 y quedó plasmado en el documental “2.000 Mulas”, los demócratas recolectan votos de personas que no votaron en la elección, completan la boleta vacía, ponen una firma falsa (en Arizona no está permitido verificar la firma y cualquier garabato debe ser aceptado), y depositan los votos.
Menos del 40% del padrón suele votar en las elecciones en Estados Unidos, pero desde 2020 se le envía por correo a cada estadounidense empadronado una boleta vacía para que emitan su voto por correo. Esto deja casi un 60% de las boletas enviadas sin usar en las casillas de las personas, que son robadas o incluso pedidas por los militantes demócratas con mentiras de que los van a ayudar a emitir su voto.
En otros estados, como Florida o Georgia, esto fue ilegalizado tras la elección del 2020, e incluso el gobernador Ron DeSantis encarceló a varias personas que fueron atrapadas haciéndolo. Sin embargo, en Arizona la práctica no está penalizada y ya es parte de la estrategia general del Partido Demócrata.
Fuente Derecha a Diario