Ha culminado el primer cuatrimestre del año y la inflación acumulada llega al 9.1%, anualizada daría una cifra aproximada de 27%, pero si la comparamos con la inflación acumulada en el primer cuatrimestre de 2016 anualizada llegaba al 60%, sin embargo al finalizar ese año sólo alcanzó el 36%. Por Guillermo H.B. Castaño -Especial Total News-
El resultado de la férrea política monetaria del BCRA contrayendo circulante monetario del mercado, produjo que en el segundo semestre de 2016 la tasa de inflación cayera en promedio al 1.5% y específicamente en diciembre al 1.2%, cifra que casi se replicó en enero del corriente con el 1.3%.
Como puede observarse la situación venía reduciendo la inflación holgadamente.
¿Qué fue lo que ocurrió para que a partir de febrero y hasta abril 2017 inclusive la inflación superara el 2% mensual?
La respuesta viene dada porque los requerimientos de la política, en noviembre de 2016 arremetieron sobre el BCRA y obtuvieron que –antes de tiempo y en cifras nada aconsejables- el Central comenzara a bajar la tasa que venía pagando el LEBACS, etc. empezando por un 2%.
Esta decisión produjo que entre 11/16 y el 04/17 se incrementara la base monetaria en un 18%, ascendiendo la inflación en dicho período al 12% y según informó el INDEC el nivel de actividad subió sólo 0.6%, de lo dicho surge que bajar la tasa en este contexto inflacionario no genera actividad y sí genera más inflación.
Lo ocurrido entre 2011 y 2015 lo evidencia todavía mejor, en ese tiempo Argentina tuvo tasas muy bajas y niveles de emisión monetaria que durante la Presidencia de Vanolli en el BCRA llegó al 44% anual, con ese nivel de tasas y emitiendo sin límites el PBI del 2015 terminó igual al de 2011, siendo cero también la creación de empleo privado de punta a punta.
Dicho todo esto la pregunta es: aún es posible cumplir la meta inflacionaria del 17%, se debe tener en cuenta que esta meta es tan alta que equivale a la inflación de más de 5 años para muchos países, pero que para la Argentina de donde partimos, se puede considerar como objetivo deseable. La respuesta es sí, porque en mayo se cumplen 18 meses de la nueva política monetaria del Central, tiempo este en que la economía argentina termina de asimilar los efectos de la política monetaria expansiva (exceso de circulante) de la anterior conducción del BCRA que emitía dinero a discreción.
Vale decir que en junio comenzaremos a ver los resultados netos de la política monetaria implementada por la actual gestión de Sturzeneger, quién notando el error incurrido en noviembre, corrigió hace unas semanas hacia arriba en 1.5% la tasa que abona por LEBACS, esta suba como ya hemos visto no tendrá efecto negativo sobre el nivel de actividad como dicen algunos economistas, pero sí podrá lograr que durante el segundo semestre se reduzca la inflación a menos del 1% mensual y si decidiera incrementar la tasa otro 1.5%, cumpliría la meta con mayor comodidad.
Cabe destacar que la inflación es el más perverso de los impuestos,
Primero, porque resulta un tipo de default hacia los tenedores de pesos y
Segundo, pero mucho más grave es que impacta sobre el 10% más pobre de la población 10 veces más que lo que afecta al 10% más rico, ampliando la brecha entre uno y otro diariamente. Todo político y más aún aquellos que dicen defender a los más necesitados deberían ser los primeros en proclamarse contra la inflación apoyando a un Banco Central que aplique estrictez monetaria.
Por ende, considerando que la inflación es en todo lugar y circunstancia un fenómeno monetario y suponiendo que todo lo dicho se cumpla, el BCRA es el único organismo de esta gestión que trabaja seriamente para bajar la inflación, convencido de que los frutos serán el crecimiento del nivel de actividad, en tal caso para que ello ocurra es necesario que el resto de los organismos de la gestión Macri incluido el mismo Presidente, se involucren en esta lucha donde la madre de todas las batallas es bajar el gasto público que para este año sumando Nación, Provincias y BCRA estaría superando el 10% del PBI.
Administrar el déficit fiscal con deuda pública es un camino corto que sirve para un proceso de transición, nunca para su eternización ya que si bien actualmente la Nación y las Provincias consiguen con facilidad emitir deuda en dólares y pesos para pagar sueldos, pero llegará el momento en que los mercados ya no querrán prestarles más, como pasó en 1981, 1989 y 2001 y viene bien en este momento recordar el nivel de déficit fiscal contra PBI de aquellos años donde la situación terminó corrigiendo sola: agrego 1975 con 12%, 1981-14%, 1989 -8% y 2001 -7%; nótese el delicado momento que vive , hoy Argentina con este nivel de gasto público comparado con aquellos eventos…
Con claridad se puede ver que hay que hacer algo para reducirlo drásticamente y a la brevedad, la hipótesis de trabajo con la que opera la actual gestión es de no tocarlo y esperar que congelándolo al tener aumentos de PBI el gasto se diluya: a la luz delo acontecido hasta hoy se demuestra que es una idea impracticable que debe ser abandonada tomando las decisiones correctivas.
Conclusión:
Luego de una década de inflación alta y habiendo padecido hiperinflaciones, resulta paradójico que en Argentina todavía discutamos si la inflación es buena o mala, es mala: el mundo lo descubrió en los 80 y varios países de Sudamérica en los 90 y todos ellos han mantenido niveles de crecimiento sostenidos a lo largo de 3 décadas con algún altibajo pero con saldo netamente positivo.
Resulta imperioso que comience una reducción del gasto público en todos sus niveles, así como la prometida reforma integral del sistema tributario que hace que los ciudadanos hoy paguemos directa o indirectamente casi un centenar de impuestos y tasas, determinando que todos los precios tengan en promedio casi 50% de componente impositivo. En consecuencia, se lograra la baja del costo argentino. Si Pensamos en el presente que estamos tan preocupados por el tipo de cambio, este es sólo una parte de él.
Por último el BCRA ha elegido el método de la tasa para delinear la política monetaria, aún no coincidiendo en lo personal con el método, es necesario brindarle todo el apoyo para que pueda lograr el objetivo de bajar sustancialmente la inflación.