Lo hizo el abogado Fernando Carra, quien volvió a pedir su sobreseimiento en la causa por presunto espionaje ilegal. Por Camilo Cagnacci
El abogado Fernando Carra volvió a pedir su sobreseimiento en la causa por presunto espionaje ilegal y disparó munición pesada contra Federico Villena, el juez que abrió la causa y lo imputó a partir del testimonio de un testigo de identidad reservada que fue desmentido por trece de sus supuestas víctimas. Según el ex asesor del Servicio Penitenciario Federal (SPF), a quien se lo acusa de haber «ablandado» a presos K, Villena cooperó con «la mafia penitenciaria» en su plan de evitar que sea nombrado -como se rumoreaba en ese momento- director nacional del área.
«Vale reiterar que luego de efectivizada la maniobra delictiva entre el Testigo de Identidad Reservada (TIR) 1 y el juez Villena, se abortó mi llegada al SPF y actualmente el mismo es conducido en la práctica, por los mismos tipos denunciados en distintas causas y que llamativamente nunca fueron convocados en ésta investigación ni suspendidos administrativamente, a pesar de la innegable responsabilidad que les cabria de haber existido el delito que se investiga. ¿Casualidad o complicidad?», planteó Carra en un extenso escrito al que PeriodismoyPunto tuvo acceso.
Como publicó este portal, el piquetero Luis D’Elía -una de las supuestas víctimas de Carra- no sólo rechazó que el ex funcionario haya «ablandado» presos vinculados al kirchnerismo sino que reveló que en una reunión en su domicilio de Laferrere, el secretario de Justicia Juan Martín Mena le manifestó su convicción de nombrar a Carra director nacional del SPF tras la renuncia del también imputado Emiliano Blanco y que él lo reunió con Alberto Fernández, en 2018, para que facilitara las visitas del hoy presidente a los entonces detenidos Cristóbal López y Fabián De Sousa.
Asimismo, el ex penitenciario hizo mención a ciertas particularidades en relación a la recepción del testimonio del testigo reservado. En primer lugar, recordó que «los jueces raramente atienden a alguien que llega de la nada a su juzgado y menos aún frente a una investigación de ésta magnitud». Y apuntó: «En segundo lugar si le toma declaración, va a constatar cómo le consta lo que dice y en tercer lugar previo a ordenar un allanamiento va a chequear que los dichos del declarante sean ciertos. Bueno en éste caso no pasó nada de lo narrado».
«El testigo llegó ‘supuestamente’ en forma espontánea, prestó declaración, el juez ‘llamativamente tenía en su escritorio una foto mía’ y automáticamente ordenó el allanamiento a mi vivienda familiar sin verificar un solo dato de la falsedad declarada por el TIR 1», completó.
Otro planteo de Carra en relación a las arbitrariedades del apartado juez fue que «si fuese cierto que existió el supuesto armado penitenciario de espionaje utilizando la estructura del estado y desviando una orden judicial del propio juez que luego inicia la causa (el mismo que recibe al tramposo TIR 1, el Dr. Villena), deberíamos preguntarnos si alguien a ésta altura se cuestionó quien instaló las cámaras y micrófonos para tales actos? ¿Alguien se cuestionó si para efectuar una operación de tamaña magnitud en el tiempo, las autoridades del CPF 1 no hubieran tenido que estar cuanto menos en sospecha de que algo de esto se estaba realizando?».
«La mención de mi persona en la causa fue absolutamente programada y coordinada entre miembros del SPF y el Dr. Villena y que mi llegada a la conducción del SPF podría poner final a un sinfín de irregularidades y tropelías con que suceden en el SPF y que a la luz de los hechos a varios penitenciarios o funcionarios judiciales les preocupaba», concluyó el abogado Carra.
Fuente Periodismoypunto