Ezequiel, el joven acusado de matar a su madre, su padrastro y su sobrina de 5 años el 1 de enero del 2020 en la localidad platense de Melchor Romero, aguarda “tranquilo” el inicio del juicio previsto para febrero próximo, cuando espera contar “su verdad” sobre lo ocurrido la madrugada del triple crimen, según reveló su tía Norma Holsbak en declaraciones a Télam.
“Ezequiel está bien, está tranquilo y quiere que empiece el juicio. Él me dijo: ´tía, yo voy a contar toda la verdad´”, comentó Norma, hermana de Graciela Holsbak, madre del joven y una de las víctimas del hecho junto a su pareja Raúl Bravo (58) y su nieta Alma (5).
Según confirmó Norma, “el juicio será en febrero próximo” y explicó que si bien la defensa oficial de su sobrino había solicitado la posibilidad de que, ante el contexto de pandemia, el joven espere en libertad el inicio del debate, no se hizo lugar al planteo y Ezequiel deberá seguir en el instituto de menores en que permanece alojado en el interior bonaerense.
“Ezequiel extraña a su familia pero me dijo que quería esperar el juicio en el instituto, que no quería ser una molestia para nadie (de la familia ante una eventual excarcelación)”, relató.
En una audiencia que se realizó para analizar ese planteo, el joven no habló, no pronunció palabra y se limitó a mirar todo el tiempo a su hermana Andrea, mamá de Alma.
“El siempre me dijo que era inocente, que él no fue (el autor del triple crimen), y me dijo que cuando sea el juicio va a contar toda la verdad”, se esperanzó Norma, quien no puede creer que su sobrino haya podido cometer esa masacre.
La mujer remarcó que le “cuesta creer que una sola persona haya podido matar a tres personas”.
El hecho ocurrió el primer día del 2020, en una casa situada en la calle 523 entre 164 y 165, de Melchor Romero, en las afueras de La Plata, donde fueron hallados los cuerpos de Raúl y Graciela, con un promedio de 13 heridas de arma blanca cada uno.
También se halló el cuerpo de Alma, quien había sido degollada y luego descuartizada a la altura de las rodillas.
Los restos de la pequeña estaban dentro de una bolsa de consorcio colocada en la cocina, mientras que el hombre había recibido una herida mortal a la altura del corazón y la mujer en el abdomen.
Según lo determinó la autopsia, tanto el hombre como la mujer estaban despiertos al momento de ser asesinados, ya que quisieron defenderse del ataque y sus manos resultaron heridas por el cuchillo que el asesino usó “como un látigo”.
En la vivienda no estaba el ahora imputado, quien por entonces tenía 17 años y había cenado con una de sus hermanas en otra casa y luego se había retirado supuestamente para volver a la vivienda en la que vivía con su madre y su padrastro.
De inmediato, la Policía desplegó un amplio rastrillaje para dar con el adolescente y, finalmente, cinco días después del triple crimen, el sospechoso llegó solo y por sus propios medios hasta el Destacamento Vial de Samborombón, a la vera de la Autovía 2, para pedir un vaso de agua.
“Estoy yendo caminando a Mar del Plata”, le dijo a los policías.
Los efectivos que lo atendieron lo reconocieron inmediatamente por las fotos difundidas para su búsqueda y lo detuvieron, trasladándolo de inmediato a La Plata, donde quedó alojado en un instituto de menores.
“La primera vez que lo fui a ver (tras ser detenido) le dije: ´Confiá en tía Norma, decime qué pasó´. Lo vi asustado y me dijo ´yo no fui, tía Norma, no tengo nada que ver, ¿cómo voy a hacer eso?'”, recordó Norma.
La mujer contó que “pasar las Fiestas sin mi hermana, sin la nena, fue muy triste, tristísimo pero habrá que ir acostumbrándose”.
“Andrea (la mamá de Alma) afirma, está segura, que fue el hermano (el que asesinó a la pareja y a la niña), estaba aterrada con la posibilidad de que lo dejaran libre; pero yo no lo puedo creer, me cuesta creerlo”, insistió.
Norma contó que debido a la pandemia no puede visitar a Ezequiel pero sí mantiene comunicación telefónica con él.
“Está bien, lee y logró terminan sus estudios secundarios en el Instituto; siempre fue tranquilo”, detalló.
El adolescente fue sometido a una serie de estudios psicológicos y psiquiátricos que “no fueron determinantes” con respecto a la presencia de una psicopatología de base e incluso con respecto a una posible inimputabilidad.
“Tuvo un momento que medio no se acordaba lo que había pasado, como una laguna, pero ya está bien”, confió.
Norma remarcó que “hasta que la justicia no me diga lo contrario el chico es inocente, ni se me pasa por la cabeza que haya podido hacer eso”.
“Confío que la justicia haya investigado como corresponde, yo espero el juicio y Ezequiel también para contar la verdad”, concluyó.