Por Santiago Dapelo
El éxito del programa redunda en el fracaso de la estrategia. Incertidumbre es la palabra que reina en la Casa Rosada. Como nunca, el Gobierno administra escasez. A este ritmo de vacunación, hoy hay stock de dosis para unos 10 días, pero eso cambiaría en los próximos días. Según advirtieron fuentes oficiales, llegarían al país un número importante de vacunas lo que le daría más aire al gobierno nacional para avanzar con el plan de vacunación.
Ante la inminencia de la segunda ola de coronavirus y la llegada del frío, sin confirmación oficial sobre cuándo estarán disponibles las vacunas de Sinopharm (China) -la estimación que hacen cerca del Presidente es que llegarán la próxima semana- y Covishield, que se fabrica en la India pero que se basa en la tecnología de Oxford y AstraZeneca, en Balcarce 50 reina la preocupación.
Ese fue el mensaje que buscó enviar el presidente Alberto Fernández el último jueves en cadena nacional. La analogía que eligió no fue azarosa, el jefe del Estado describió a la Argentina en un “gran desierto”. La escasez de vacunas, explicó, es un problema mundial. Solo 18 países concentran el 88 por ciento de la producción global. A eso se suman los problemas de producción y de logística. Esos problemas, que en Balcarce 50 definen como “cuello de botella”, no tienen una solución inmediata.
Lo que pone al Presidente y su equipo en una situación límite es: ¿qué hará Fernández si se descontrola la situación sanitaria como ocurre en Brasil o Chile? Por ahora, todos miran para otro lado. Las conversaciones con Rusia y China para acelerar los procesos son diarias.
En casi cuatro meses la Argentina se hizo de 4.380.540 dosis y anteayer superó los 3.000.000 de vacunados. Un ritmo demasiado lento ante las expectativas que había generado el Presidente. A eso se sumaron las quejas de la Ciudad de Buenos Aires y la provincia ante la posibilidad de quedarse sin vacunas. Lo mismo ocurre en Córdoba y La Pampa.
Por eso la alarma y el intento de que la gente tome conciencia del problema que se avecina. Los últimos números -este viernes fueron 8160 los nuevos contagios- dejaron expuesto el problema que deberá enfrentar sistema sanitario.
Desde la Casa Rosada advirtieron que los aviones rumbo a China despegarán en los próximos días, distinta es la situación con las vacunas Covishield. Tras el primer desembarcó de 580.000 dosis en los últimos días de febrero, el Gobierno anticipó un segundo cargamento para estos días. A eso se sumaría un nuevo vuelo en las próximas horas rumbo a Moscú para buscar más dosis de la Sputnik V.
Mientras aguarda novedades sobre las vacunas, el gobierno nacional se esfuerza porque las medidas sanitarias no afecten la economía. Fue por eso que Vizzotti descartó la vuelta a una cuarentena estricta como sucedió hace un año. “No hay margen”, aseguró un hombre de máxima confianza del Presidente.
La caída de la actividad de 10 puntos del último año es un antecedente imposible de repetir en un año electoral. Por eso el Gobierno será muy prudente. Todas las medidas que se tomen de acá en adelante tendrán que pasar por el tamiz de la economía, pero la amenaza estará siempre latente. Como dijo el Presidente, es fundamental reforzar los cuidados “para que el Covid no nos vuelva a aislar”.
Problema mundial
El nerviosismo y ansiedad no son patrimonio nacional. El “cuello de botella” es un inconveniente en todo el mundo. Por pedido del Ministerio de Salud, la Cancillería, que lidera Felipe Solá, elaboró un informe con la cantidad de vacunas que compró cada país y cuántas, efectivamente, recibió cada Nación.
Alemania, por ejemplo, compró un total de 311 millones de dosis de diferentes vacunas como la de Pfizer, Moderna y AstraZeneca, y, según informó la embajada argentina en Berlín, hasta el momento recibió 12.400.000.
En Chile, país que suele ser referencia para la comparación con la Argentina, ya recibieron 10 millones de dosis de la vacuna china Sinovac y otras 714.300 de Pfizer, sobre un total de 36 millones. Pese a ser uno de los países del mundo con mayor promedio de vacunas administradas por cada 100 habitantes, experimentó en las últimas semanas una importante suba de contagios de Covid-19. En Uruguay, como sucede en Chile, la mayoría se las dosis que se están aplicando son la de Sinovac, que tiene una tasa de eficacia del 50%.
En Colombia, hasta el momento llegaron 2.216.466 de las 61.500.000 que ya adquirió. Y Estados Unidos, en tanto, compró 700 millones y hasta el momento, según el informe que presentó el embajador Jorge Argüello por pedido del Ministerio de Relaciones Exteriores, ya tiene en su poder 135.847.835.
Cuando pasó un año de la primera decisión de peso, el Gobierno busca las herramientas que le permitan avanzar con uno de los objetivos que se impuso para este año electoral: vacunar, algo que por ahora, solo pudo hacer a cuentagotas.