Sin la reposición del IFE a la vista, pero conscientes de que el panorama vuelve a senderos críticos frente a la segunda ola del Covid-19 -que ya impulsó nuevas restricciones como para frenar los contagios-, el Gobierno pone sobre la mesa toda la batería de medidas con las que intentará contener la situación económica de los argentinos.
Tras unos días de idas y vueltas y de rumores sobre la posibilidad de que el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Asistencia a la Producción y al Empleo (ATP) volvieran como herramientas de ayuda, esta mañana el presidente Alberto Fernández las dio por descartadas.
“No tengo previsto que vuelva por ahora el IFE porque la economía está funcionando. En las industrias hay bajo riesgo de contagio gracias a los protocolos”, dijo el mandatario en una entrevista el jueves con Radio Con Vos. Sin embargo, aclaró: “No pierdo de vista que la situación es muy grave para mucha gente”.
En su momento, el IFE -que se pagó en tres cuotas de $ 10.000- cubrió a 9 millones de personas, y la ATP ayudó a afrontar la mitad del sueldo de hasta 2,5 millones de trabajadores del sector privado en el peor momento de la cuarentena.
Desde el Gobierno no prevén que esta segunda ola haga volver todo a Fase 1, momento en que la actividad estaba totalmente frenada como fue en 2020, y que provocó una parálisis del 80% de la actividad en todo el país.
Por eso, ahora confían, en que no será necesaria la implementación de esos programas de asistencia tan generalizados, y ahora, según confiaron a Clarín fuentes de gobierno, pondrán el foco en reforzar de cara a las empresas: el Programa de Reactivación Productiva (Repro II), que se puso en reemplazo del ATP. Y hacia los sectores más vulnerables, toda la batería que ya desde diciembre pasado había puesto en marcha Desarrollo Social, como la Tarjeta Alimentar, la ampliación de la AUH, Becas Progresar, comedores escolares y merenderos, y Potenciar Trabajo.
Con la actividad recuperándose, apuntalada principalmente por la construcción y la industria, dos sectores que no deberían verse afectados por las nuevas restricciones, desde Casa de Gobierno confían en que las acciones puestas en marcha bastarán.
En diciembre el Repro II significó para el Estado un desembolso de $ 4.500 millones y benefició a más de 350.000 empleados. En tanto, en marzo, fue de $ 3.800 millones para ayudar en el pago de salarios de 270.000 empleados de sectores no críticos, críticos (como hotelería y turismo) y de Salud.
Desde la Rosada, esperan que en abril, las nuevas restricciones que arrancan este viernes e impactarán en rubros como la gastronomía y los bingos, la cifra de empresas que pidan ayuda estatal subirá y en consecuencia lo hará también el número que el Estado deba desembolsar.
Sin arriesgar un pronóstico, desde la Casa Rosada aseguran que si bien seguirán de cerca el desarrollo de los acontecimientos, no tomarán “medidas apresuradas”.
SN
Fuente Clarin