En plena escalada del conflicto entre la Casa Rosada y la Ciudad por las clases presenciales, el ala dura de Juntos por el Cambio, que tiene como principales exponentes a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, decidió ceder y aceptar la propuesta del oficialismo para posponer un mes las elecciones, debido a la situación sanitaria por el coronavirus, a cambio de imponer en el acuerdo una “cláusula cerrojo” para blindar las PASO.
La “fumata blanca” salió de la reunión de anteayer de la conducción del interbloque de Juntos por el Cambio, que había sido convocada para discutir otros temas de la agenda legislativa. En ese encuentro, en el que participaron Mario Negri (UCR), Cristian Ritondo (Pro) y Juan Manuel López (CC-ARI), entre otros legisladores de la fuerza, los representantes de la coalición coincidieron en que no podían dilatar más la respuesta al Gobierno. En esa charla, cuenta un dirigente del espacio, se enteraron de que se había “destrabado” la postura intransigente del ala dura de Pro.
Si bien un sector del espacio mantenía sus reparos sobre la negociación con el Gobierno, la posibilidad de incluir en el pacto una “cláusula de resguardo” -una idea que Bullrich impulsó inicialmente, pero que terminó de moldear Elisa Carrió-, para bloquear un eventual intento de la Casa Rosada de volver a modificar el cronograma electoral durante el corriente año, reunió un amplio consenso en la cúpula de Juntos por el Cambio. “Patricia y Mauricio entendieron que el kirchnerismo tenía los votos para aprobar la postergación o la suspensión, como les veníamos diciendo”, confiesa una de los caciques de la fuerza, que integra el sector de los moderados. De hecho, la reunión virtual que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” De Pedro, con aliados del oficialismo y el resto de los bloques opositores encendió las alarmas en el macrismo.
Con la venia final de Macri y Bullrich, quienes eligieron a Negri y Ritondo como interlocutores, los jefes parlamentarios del conglomerado opositor aceleraron las tratativas para pulir la contraoferta al Ejecutivo. Según coinciden distintas fuentes de la coalición, los lineamientos generales del comunicado que se difundió ayer ya habían sido consensuados en la última reunión de la mesa nacional del espacio.
Luego de consensuar los últimos detalles del comunicado, definieron que Negri llamaría ayer a De Pedro y al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, para comunicarle la posición final de Juntos por el Cambio sobre la propuesta oficial para posponer las elecciones primarias al 12 de septiembre y los comicios generales al 14 de noviembre. “No podíamos demorar más, pero era difícil encontrar el momento. Tenemos que mostrar un poco de racionalidad frente a esta situación, algo que el Gobierno no está haciendo”, admitió uno de los legisladores que participaron en la reunión.
¿Por qué se aceleró la respuesta a la Casa Rosada? En Juntos por el Cambio señalan que la pelea del presidente Alberto Fernández con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, por la suspensión de las clases presenciales en el área metropolitana (AMBA) dilató las tratativas finales para consensuar la postura y enrareció el clima. A su vez, Bullrich y Macri miraban con resquemor la iniciativa del oficialismo. Pero durante los últimos días decidieron dar su aval, ante la “amenaza” del Gobierno de acordar con sus aliados y el resto de los bloques opositores de la Cámara baja, sin consensuar con Juntos por el Cambio. Su objetivo, aseguran en Pro, es evitar que el oficialismo suspenda las primarias. “Ante el intento del Gobierno de derogar las PASO, lo único que aceptamos es postergarlas un mes, con la cláusula de resguardo, y que se implemente la boleta única. Esas son las dos condiciones”, advierte una espada del macrismo duro que de las negociaciones.
Sin embargo, De Pedro ya rechazó la posibilidad de utilizar la boleta única en los próximos comicios. El 9 de abril pasado, cuando el Gobierno envió el borrador a los jefes parlamentarios de Pro, la UCR y la CC, el Ministerio del Interior advirtió que “los cambios en la metodología son impracticables con un calendario electoral en marcha”.
“Ellos andaban diciendo que no contestábamos y amenazaban con avanzar solos. ¿Querían la respuesta? Ahí la tienen. Ahora que resuelvan ellos”, remarcan cerca de Bullrich. Macri, en tanto, se mantuvo en contacto con Negri -también habló con Larreta y Bullrich durante los últimos días- y avaló la contrapropuesta final. “Está de acuerdo siempre y cuando se respeten las cláusulas”, dicen en el entorno del expresidente.
La indefinición sobre la propuesta del oficialismo para prorrogar los comicios también generaba inquietud en el larretismo. “Nos tenemos que poner al frente de esto y acordar. Si después el Gobierno suspende o unifica, no vamos a poder decir nada”, bramó anteayer uno de los alfiles de Larreta. El reclamo llegó a los oídos del alcalde.
Negri reforzó esa teoría en los debates internos. Después de escuchar la oferta del oficialismo, el referente de la UCR planteó la necesidad de resguardar la realización de las primarias, ante el reclamo de los gobernadores del PJ y un sector del oficialismo de suprimirlas. Como otras espadas de la fuerza, Negri temía que el kirchnerismo lograra reunir los 129 votos para aprobar el proyecto sin el apoyo de Juntos por el Cambio. “Tenemos que garantizar que el oficialismo y sus aliados no hagan volar de un plumazo el sistema de elección de candidatos en medio de un año electoral. Estamos buscando la garantía de que habrá PASO”, argumentan.
Los integrantes del ala dura de Pro no fueron los únicos que cedieron ante la presión del sector de los moderados de la coalición -Rodríguez Larreta, María Eugenia Vidal, los alfiles de la CC y algunos dirigentes de la UCR- para negociar la postergación de las PASO con el oficialismo. Los gobernadores radicales Gerardo Morales (Jujuy), Rodolfo Suárez (Mendoza) y Gustavo Valdés (Corrientes), quienes habían rechazado una modificación del calendario en la última cumbre presencial de Juntos por el Cambio en el barrio Palermo, también se mostraron proclives a acordar durante los últimos días. “El tema estaba latente. Solo esperamos el momento”, comentan en la cúpula de la UCR.
Idas y vueltas
Las negociaciones informales para correr la fecha de los comicios se iniciaron hace meses en el Congreso. En febrero, Ritondo fue sondeado por Máximo Kirchner, jefe del bloque del Frente de Todos, para discutir la postergación, como consignó LA NACION. “Hagámoslo por consenso, por una cuestión sanitaria”, le planteó el hijo de la vicepresidenta.
Esas conversaciones se estancaron hasta fines de marzo, cuando el Frente de Todos puso el tema sobre la mesa durante la célebre cumbre en la Casa Rosada con Ritondo y Jorge Macri. El motivo de la cita era la puesta en marcha del Programa de Emergencia de Infraestructura Municipal (Preimba), pero la charla entre De Pedro, Massa, Kirchner y Axel Kicillof, representantes del oficialismo, y los referentes de Pro derivó en el asunto electoral.
A partir de ese episodio, que generó pases de factura internos, Juntos por el Cambio dilató una respuesta porque no lograba unificar una postura sobre la propuesta del kirchnerismo.