Por Hyunjoo Jin y Subrat Patnaik
LONDRES, 13 mayo (Reuters) – El jefe de Tesla Inc, ElonMusk, denunció el jueves la “loca” cantidad de energía utilizadapara producir bitcoines, incrementando su repentino rechazo dela criptomoneda como medio de pago por preocupacionesambientales.
El bitcóin cayó más del 10% después de que Musk,uno de sus patrocinadores más famosos, tuiteó su decisión desuspender su uso, menos de dos meses después de que Teslacomenzó a aceptarlo como pago por sus autos eléctricos.Otras criptomonedas como el ethereum también bajaron antes derecuperar algo de terreno en el comercio asiático.
“La criptomoneda es una buena idea en muchos niveles ycreemos que tiene un futuro prometedor, pero esto no puede tenerun gran costo para el medio ambiente”, tuiteó Musk el miércoles.
El jueves tuiteó un gráfico del consumo de energía delbitcóin, afirmando que “la tendencia del uso de energía en losúltimos meses es una locura”.
Tesla reveló en febrero que había comprado 1.500 millones dedólares en bitcoines, la moneda digital más grande del mundo,antes de anunciar que lo aceptaría como pago por sus autoseléctricos en marzo. Más tarde, la compañía dijo que recortó suposición en un 10% en el primer trimestre.
Los anuncios impulsaron al mercado de las criptomonedas,elevando el precio del bitcóin en cerca de un 20%. Sin embargo,destacaron una aparente contradicción con la reputación delmultimillonario Musk como campeón de la tecnología baja encarbono.
Algunos inversores de Tesla y activistas medioambientaleshan sido cada vez más críticos con la forma en que se crea o se”extraen” los bitcoines con computadoras de alta potencia quecompiten para resolver complejos acertijos matemáticos en unproceso que consume mucha energía y que a menudo se basa encombustibles fósiles, particularmente carbón.
Musk dijo que respalda esa preocupación, especialmente eluso de “carbón, que tiene las peores emisiones de cualquiercombustible”.
(Reporte de Hyunjoo Jin en Berkeley, Subrat Patnaik, AnkurBanerjee y Kanishka Singh en Bengaluru, Anna Irrera y Tom Wilsonen Londres, Megan Davies en Nueva York y Kevin Buckland enTokio; editado en español por Carlos Serrano)
Reuters