Por Alberto Beto Valdez
Circulan muchos rumores sobre una eventual salida de Cristina Caamaño de la AFI. Está siendo investigada por la jueza María Servini por revelar la identidad de agentes del organismo. Además, la situación dentro de la Agencia es de mucha tensión interna. Pelea entre profesionales y políticos.
A pocas semanas del vencimiento de la segunda etapa de intervención de la fiscal Cristina Caamaño en la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), comenzaron a circular fuertes rumores de un cambio ante su delicada situación judicial y el internismo descontrolado que se registra en esa dependencia estatal. Hay una dura pelea entre los funcionarios de áreas operativas y los políticos K que desembarcaron en diciembre de 2019.
Si bien el presidente Alberto Fernández defiende a la fiscal que maneja la AFI, lo cierto es que desde el Instituto Patria circulan varios nombres para desembarcar en las oficinas de la calle 25 de Mayo. El candidato que siempre suena cada vez que se habla de la inteligencia estatal es el diputado Rodolfo Tailhade, actual presidente de la Comisión de Justicia. También Juan Martín Mena, viceministro de Justicia, de paso por la AFI durante la gestión de Oscar Parrilli. Pero los dos seguirían en sus cargos. Algunos rumores indican que también se analizan perfiles técnicos del Centro de Estudios, Legales y Sociales (CELS), organismo cercano a Horacio Verbitsky, pese a haber renunciado a su presidencia por el escándalo de la vacunación vip.
La estabilidad de Caamaño depende fundamentalmente de la causa judicial que tramita la jueza federal María Servini por la difusión de la identidad de decenas de agentes de inteligencia. La investigación tuvo un impasse porque la magistrada estuvo con COVID. Ahora recuperada vuelve a la carga después de varias declaraciones testimoniales que dejaron complicada a la funcionaria, según fuentes judiciales. De probarse la culpabilidad de la fiscal sería una falta grave para seguir conduciendo la AFI.
Mientras tanto, fuentes del organismo comentan que Caamaño tuvo una fuerte discusión con el actual jefe de Contrainteligencia porque dentro de la propia AFI se están publicando fotos del personal en las redes sociales. La pelea fue tan dura que la interventora ordenó el traslado de todo el personal de esa base a la sede central de 25 de Mayo. El clima es de tensión entre los profesionales de carrera y los políticos K. Hay una caza de brujas hasta entre los propios kirchneristas.
Además, se quejan los legisladores opositores porque no tienen acceso a información de la AFI a través de la Comisión Bicameral blindada por el Frente de Todos. Desde Juntos por el Cambio quieren saber el destino del dinero del organismo, teniendo en cuenta que el presupuesto de inteligencia este año aumentó más que el de la cartera de Educación.
La mayor intriga se basa en las dudas sobre el uso de los fondos porque la Agencia está prácticamente “desarticulada” y sin tareas. “No hay actividad de inteligencia en la AFI, solo espionaje que suponemos que se hace en otras oficinas”, dice un especialista de JxC. Sospechan de la contratación de agentes que supieron trabajar con el ex jefe del Ejército, César Milani, quien no está totalmente activo como antes. Pero sigue teniendo su influencia entre algunos jefes de la fuerza y ha tenido encuentros con su contacto con el kirchnerismo, el procurador del Tesoro, Carlos Zannini. No descartan de la existencia de una inteligencia paralela.