Alguna vez le ofrecieron algún alto cargo en la función pública,pero Juan Carlos de Pablo lo rechazó. Su mayor satisfacción fue ser director nacional de política tarifaria y de importaciones en el Ministerio de Economía y Trabajo entre 1969 y 1970, a cargo de José María Danigno Pastore. Hoy,el economista da clases, es columnista y consultor. Y no escatima críticas a la política económica.
– Martín Guzmán dice que hay un plan pero que no es el de Alfonsín o Menem…
Había épocas donde el plan era el discurso del Presidente, el ministro, un conjunto de medidas, explicitación de objetivos y retoques. Un ejemplo es el plan de Frondizi en el ´58, Krieger Vassena en marzo del ´67, el Austral en el ´85 o la Convertibilidad en el´91. Macri no tuvo nada parecido, no tuvo ministro de Economía y hoy es lo mismo. Siempre hay un plan implícito en las medidas. Acá, no hay congruencia y al gobierno no len cree nada. Hay una crisis política fenomenal, no es fácil ser ministro de este gobierno.
– ¿Por qué no hay credibilidad?
No tenemos ministro de Economía, es un funcionario que dice en su tarjeta de presentación que es ministro, pero no hay alguien a cargo. Una de las principales funciones es coordinar los distintos aspectos de la política económica, acá no hay nada parecido. Cuando la secretaría de Comercio intima a maximizar la producción pareciera que desabastecer es el objetivo del empresario y los pone contra la pared.
– En la última semana, se despertó el dólar paralelo y subió 10 pesos. ¿Es una señal para alarmarse?
Puede ser un tema de oferta y demanda. Si tenés más pesos, algunas personas compran dólares y las mismas razones que llevan a unos a comprar llevan a otros a no venderlos. En su momento el blue se fue a $ 195. Acá, está todo prendido con alfileres y el dólar paralelo es un síntoma.
– El Gobierno busca devaluar de a poco y mantener controles de precios, ¿van a poder sostenerlo después de las elecciones?
Lo van a intentar, ahora un día se te cayó un piano en la cabeza. Una cosa es que esta orientación va a chocar con el iceberg y la otra es a qué velocidad. Volvemos al timing. Pensar que lo que todavía no se agrieta es una situación normal es no pensar.
- ¿Cuáles son los principales problemas?
El equipo económico intenta llegar así a las elecciones, pero por el lío político están paralizados. ¿Alguien cree que después piensan devaluar, flexibilizar, abrir la economía y hacer un tarifazo? No, van a seguir igual, siempre hay elecciones. Si desagregás los aumento de precios y te da distinto entre precios libres y regulados, te estas comprando un problema y ahi buscás antecedentes y el mes elemental es el Rodrigazo. La historia se puede repetir.
– Hay empresarios que creen que Guzmán hizo los deberes con el gasto…
Hay una necesidad derivada de la pandemia. Ahora no me digas que no vas a mover la pauta devaluatoria, las tarifas y pensar que eso no va a tener efectos. ¿Hacer los deberes es joder a los jubilados? Ahora dicen que se les fue la mano y tienen que dar un bono. No es que Cristina Kirchner leyó a Milton Fridman o Friedrich Hayek. No, cambiaron la formula jubilatoria, quiero ver si continúa. Y hubo un componente estacional, aunque el precio de la soja ya no es el mismo.
– ¿Que importancia tienen las elecciones?
Si ganan, se la van a creer. En 2011, ganaron, dijeron “vamos por todo”, salieron todos a comprar dolares y pusieron el cepo. Si pierden, hay dos escenarios: Alfonsín perdió en 1987, empezó a hacer las valijas, se deprimió, luchó como pudo, hizo el Plan Primavera, cambió a Sourrouille (entonces ministro de Economía) y terminó en la hiperinflación. Alfonsín tenía la idea de un comienzo de régimen, por eso se comió muchos sapos. La otra es que pierdan y rompan todo. El período 2022/2023 es una incógnita fenomenal cualquiera sea el resultado electoral. El 24 de julio tienen que presentar listas y mostrar cartas.
– Guzman enfrenta muchas tensiones dentro del gobierno…
La política económica depende de la política, nadie se corta solo. Guzmán parece estar especializado en la negociación con el Club de París y el Fondo Monetario. Nadie tiene apuro acá. El Gobierno porque sabe que no va a conseguir plata fresca, el Fondo porque está más cerca de un bochorno y Georgieva tiene que enfrentar al directorio.
– ¿Le sorprendió el pago parcial al Club de París?
Es como la tarjeta de crédito, Argentina hizo el pago mínimo y por la diferencia devenga el 9% de interés. El Club de París no te manda la quinta flota por una deuda, fue una negociación. Debe haber dicho “a lo mejor le sacamos algo”. No tenían chance de forzar y buscaron zafar desde lo legal. Guzman dijo el primer día que iba a patear todo para el 2024. Es cierto que el acuerdo con el Fondo tuvo componente político muy fuerte y salió mal. Ahora, si querés negociar, no vayas con los tapones de punta.
– ¿Hacia dónde va la economía?
Desde mediados del año pasado hay una recuperación. Agro, industria y construcción recuperó fuerte, hoteles mal y en comercio hubo una gran transformación. Hay heterogeneidad sectorial y dentro de los sectores.
¿Qué puede pasar con la inflación después de las elecciones?
Todos los programas antinflacionarios tienen tres características: son todos de shock, el primer dia funcionan y ninguno es eterno. Moraleja: acá no hay gradualismo, Ahora tenés que tener gobierno creíble. El 29% de inflación del Presupuesto nació muerto el primer día y esta recontra sepultado. Qué le vas a criticar a Hugo Moyano que pide 45% si la inflación es 45%. Hay que ver quién lo puede pagar.
– Los programas de shock también fracasaron y hoy es elevada la pobreza…
Lo que hay que trabajar es cómo se mantienen los éxitos iniciales. Los argentinos cuando creemos que estamos al rol del abismo hacemos algo con el déficit fiscal. Y ya está. Es como si estás excedido de peso, bajás de peso y subís otra vez. Algo no anda porque la economía no crece y tenes pobres a pesar de todos los planes sociales.
– ¿Le daría algún consejo al ministro de Economía?
Tiene el organigrama en contra. Ahora, figura como el tipo que debería estar a cargo y va a tener que responder por los resultados. Y una cosa es en qué momento te tenés que ir, la renuncia es un acto absolutamente personal. Hubo ministros que cuando se dieron cuenta que perdieron poder se fueron y no podés juzgar a todos con la misma vara. Guzman está mucho mas al comienzo que al final, pero tiene el poder recortado.
Fuente Clarin