Tras el reclamo de miles de argentinos varados en el exterior, el Gobierno decidió ampliar levemente el cupo de ingresos al país. La decisión de Alberto Fernández se oficializará en las próximas horas, en paralelo con la prórroga del decreto de necesidad y urgencia que establece las pautas del aislamiento social por otras cuatro semanas.
La ampliación del cupo -hasta este viernes, 600 pasajeros por día- será de forma leve y progresiva, para mantener los protocolos sanitarios trazados para evitar la propagación de la variante Delta de coronavirus. Será formalizada por una Decisión Administrativa que firmará el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, y estará vigente hasta el 6 de agosto.
Como anticipó Clarín este jueves, el Presidente le había pedido a su equipo alternativas para atender el reclamo de miles de personas que habían quedado en el exterior. Aunque el Gobierno se esforzaba por aclarar que no se trataba de “varados”, como en marzo de 2020, cuando irrumpió la pandemia, admitían por lo bajo que la situación generaba incomodidad política, justo en el inicio de la campaña electoral.
Según confirmaron altas fuentes oficiales, el cupo subirá levemente durante la primera semana, entre este sábado y el 16 de julio. En este período se admitirá un promedio de 740 pasajeros por día, para completar un total de 5200 plazas semanal. En la práctica, se trata de un vuelo más por día que podrá arribar a Ezeiza.
Entre el sábado 17 y el 24 de julio, esa cifra subirá a 900 pasajeros diarios, y a un total de 6300 en la semana.
Finalmente desde el sábado 24 de julio hasta el viernes 6 agosto se habilitará el arribo a Ezeiza de 1.000 argentinos por día, para alcanzar un total de 7.000 plazas por semana.
¿Qué pasará desde el 6 de agosto, cuando vencerá la nueva disposición? ¿Se ampliará el cupo para volver a los 2 mil pasajeros diarios?, consultó Clarín a una alta fuente oficial. “No hay ninguna certeza ya que, como en todas las decisiones que fuimos tomando, se evalúa la situación epidemiológica al momento de hacerlo”, respondió.
Ahí surgen distintas especulaciones. Desde aquellas que sostienen que la situación va a tender a normalizarse hasta quienes alertan que el cupo volverá a sufrir un recorte.
Por lo pronto, con esta decisión, señalan en el Gobierno, se logrará completar el regreso de miles de argentinos que todavía permanecen varados en el exterior. Son, estiman, unos 14 mil pasajeros.
En ese sentido, desde el Gobierno remarcan que “la recomendación sigue siendo, como desde el primer día de la pandemia, no viajar al exterior”.
Así, tras varios días de deliberación interna, Alberto F. zanja diferencias en su Gabinete, donde había distintas posturas en torno al tema. Por caso, la ministra de Salud, Carla Vizzotti, había sido muy dura al respecto en la reunión que esta semana mantuvo con sus pares de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro; y Transporte, Alexis Guerrera.
Vizzotti recomendaba mantener el cupo de 600 pasajeros diarios para contener el ingreso de la cepa Delta. De hecho, había indicado que la medida impuesta semanas atrás estaba dando “muy buenos resultados”, porque se había logrado detectar cinco casos y todavía la cepa no tiene transmisión comunitaria en la Argentina. De Pedro acompañó su postura.
Desde Transporte, Guerrera se había mostrado proclive a ampliar el cupo, en línea con Alberto F. que consideró que tras el golpe de efecto que significó la reducción de 2 mil a 600 pasajeros diarios, para quienes tenían previsto viajar al exterior. “La gente que ahora quiera viajar va a analizarlo seriamente y va a entender que no están dadas las condiciones por la pandemia”, es el razonamiento que repiten interlocutores del Presidente.
Días atrás, la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) había visitado en la cartera de Transporte a la titular de la ANAC, Paola Tamburelli, y no hubo acuerdo. Incluso, la cumbre duró menos de 15 minutos y la entidad que nuclea a aerolíneas extranjeras se retiró sin una respuesta del Gobierno a su pedido de trazar un plan “previsible” que “permita a la industria operar de forma estable, mientras que siga la pandemia”.
Pero el clima de tensión tuvo un capítulo previo a la reunión. En medio de los reclamos de miles de argentinos y reproches de la oposición, las aerolíneas lanzaron una dura advertencia. “La programación de vuelos en el mundo se hace con meses de anticipación, pero en Argentina hay aprobaciones que han llegado incluso un día antes y así se hace muy difícil operar, por lo que es de esperar que más aerolíneas suspendan temporal o definitivamente sus operaciones en este mercado”, había advertido antes Peter Cerdá, Vicepresidente Regional de IATA para las Américas.
Desde el Gobierno retrucaban que la medida era “provisoria” y que obedecía estrictamente a cuestiones sanitarias y para garantizar el control de la cuarentena obligatoria de diez días desde la realización del PCR para viajar que deben cumplir los argentinos. Incluso, la directora de Migraciones, Florencia Carignano, había desafiado a la Ciudad a implementar el aislamiento en hoteles por cuatro días, como dispuso la Provincia, para posibilitarle al Gobierno nacional incrementar el cupo. Pero jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, no cedió, al igual que el resto de los gobernadores, incluso los alineados con la Casa Rosada.
Fuente Clarin