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Por casos positivos de COVID-19 en el pabellón de la cárcel de Marcos Paz donde está alojado el principal imputado, el veredicto por el crimen de Cristopher “Bocha” Rego (26) fue postergado hasta el próximo 10 de agosto.
La familia de la víctima, allegados y distintas organizaciones de Derechos Humanos se enteraron de la noticia en la puerta de los Tribunales de Talcahuano.
El detenido que se encuentra aislado es Pablo Miguel Brites (30). El fiscal Andrés Madrea pidió que se lo condene a prisión perpetua, como autor material del “homicidio agravado” de Rego.
Para el resto de los imputados (los seis pertenecientes a la Prefectura Naval Argentina) solicitó penas de entre 5 y 12 años. La acusación para ellos es la de “encubrimiento agravado y abandono de persona”.
El asesinato de Rego ocurrió a las 2.30 de la madrugada del domingo 12 de agosto de 2018. Minutos antes, se encontraba en su casa de Parque Patricios. Su mujer le envió un mensaje de WhatsApp pidiéndole que fuera a buscarla a un cumpleaños en Nueva Pompeya. A ella y a Bastian, el bebé de 40 días que tenían juntos.
“Bocha” se subió a su camioneta Peugeot Partner y emprendió el viaje. “Abrigá al bebé que en cinco minutos estoy“, alcanzó a pedirle a su mujer. Pero nunca llegó.
Christopher Rego tenía 26 años.
En el cruce de Ancaste e Iguazú, cerca del límite de Parque Patricios y Barracas, le hicieron señas en un control de Prefectura. Rego escapó.
Según su familia, acababa de comprar la camioneta para trabajar en el reparto de carne y aun no contaba con la transferencia a su nombre. El miedo a que se la secuestraran lo habría llevado a tomar esa actitud. De todas formas, a los cien metros giró en U, regresando hacia el puesto de control.
Y allí, según se reconstruyó en el juicio, Brites lo apuntó con su arma reglamentaria y disparó dos veces. Un proyectil atravesó el asiento e impactó en la espalda de Rego.
Herido, el joven condujo 400 metros más. En Anclaste al 3400 perdió el control y chocó contra otra camioneta, que se encontraba estacionada. El propietario se despertó por el ruido del choque y llamó al 911.
Marcha por Christopher Rego. Foto Martín Bonetto
En los minutos que tardó la Policía Federal en llegar al lugar, Brites, Cristian López (el restante de los imputados que se encuentra en prisión), Rubén Viana, Lucila Carrizo y Javier Fernández se acercaron a la camioneta de Rego. Encontraron los casquillos e intentaron ocultarlos, con el fin de alterar la escena del crimen.
Además, colocaron dos proyectiles en el cargador de su arma reglamentaria, para ocultar los disparos efectuados.
“En lugar de llamar al SAME o llevarlo al hospital Penna, que estaba a cinco cuadras, lo dejaron morir. Cuando llegaron la Policía y los bomberos, los prefectos dijeron no saber qué había pasado. Que seguramente había sido un accidente de tránsito”, le contó Jorge Rego a Clarín, padre de “Bocha”.
La esquina del crimen. Foto Guillermo Rodríguez Adami.
En la audiencia de este jueves, Brites, Carrizo y López iban a decir sus “últimas palabras”. Carrizo fue la única que pudo hacerlo. Las restantes quedaron para el próximo 10 de agosto.
El defensor de Brites pidió que su cliente sea absuelto, al considerar que se trató de un caso de “legítima defensa” y, subsidiariamente, que sea encuadrado como un “exceso”.
El fiscal pidió para el cabo primero Cristian Alberto López (29) y la marinera Lucila Tamara Carrizo (24) 12 años de cárcel por el delito de “encubrimiento agravado y abandono de persona“.
Además, para el oficial ayudante Axel Gregorio Díaz Guevara (27), el cabo segundo Javier Eduardo Fernández (24), el cabo primero Rubén Darío Viana (30) y el ayudante de primera Roberto Mariano Paredez (47) requirió penas de entre 5 y 8 años por “encubrimiento agravado“.
EMJ
Fuente Clarin
