Desde febrero de 2019 hasta ahora, las tarifas eléctricas aumentaron un 9% en el área metropolitana. Las distribuidoras Edenor y Edesur le vienen pidiendo al subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo, una recomposición adicional. Con este panorama, la cobertura de la tarifa sobre el total de los costos eléctricos es del 29%. Dicho de otra manera, el Estado subsidia el 71% de las boletas de luz o pone 7 de cada 10 pesos de dicha boleta.
A medida que Cammesa utiliza combustibles líquidos en lugar de gas para la generación eléctrica, los costos ya acumulan un crecimiento del 85% interanual (entre junio de 2020 y junio de 2021), mientras que el precio pagado por la electricidad escaló el 13%. Este número no solo incluye a los clientes residenciales, sino también a grandes usuarios (comerciales e industriales), que observaron un aumento superior al que se aplicó en los hogares.
Los costos crecen por inflación y evolución del dólar, mientras que las tarifas solo tuvieron un aumento del 9% en Buenos Aires. En el interior, los incrementos fueron superiores, pero se los quedaron las distribuidoras. Los hogares pagan más en las boletas, pero lo que recibe Cammesa -la administradora mayorista del sistema- por el costo eléctrico es lo mismo que en Buenos Aires. Las correcciones fueron por el VAD (valor agregado de distribución), que es el margen de las distribuidoras por prestar sus servicios.
Desde julio de 2020 hasta julio de 2021, los subsidios energéticos acumularon US$ 7.856 millones. La variación de los últimos 12 meses es del 47%, en dólares.
Las prioridades del Gobierno asoman claras: mantener las tarifas planchadas es más importante que estimular la producción de gas, lo que podría ayudar a reducir las importaciones y a “defender” las reservas del Banco Central. Del total de los subsidios destinados, Cammesa capturó el 72%. IEASA -la ex Enarsa, que compra gas importado- lleva un 12%. El plan Gas, para estimular la producción nacional a través de estímulos, captó un 10% de ese total.
“Lo que paga la demanda cubre solamente un 29% del costo de generación. Los costos crecen 85%, la inflación de precios mayoristas sube 65%, pero lo que paga la demanda aumenta un 13%”, analiza Julián Rojo, economista de UBA y UTDT, experto en Energía, responsable de las investigaciones económicas del Instituto Argentino de Energía “General Mosconi”.
En 2015, antes del cambio de Gobierno, las tarifas sólo cubrían un 15% de los costos. Los sucesivos aumentos de la administración de Mauricio Macri llevaron a que los costos llegaran a tener más de un 80% de cobertura sobre las tarifas. Pero la sucesión de subas generó enojo en la opinión pública en la gestión anterior. “
“Las tarifas están planchadas, sin un horizonte de actualización. Los entes reguladores están dominados por políticos. Lo único que podría pasar es un aumento discrecional”, señala Rojo. Pero también advierte que “hay una restricción social, el salario cayó un 10% en términos reales. Cualquier aumento de tarifa lo va a padecer la gente. Aunque congelar demasiado implica grandes riesgos a largo plazo”, manifiesta.
El consultor Luciano Caratori elaboró, a pedido de Clarín, una evolución sobre la cobertura de la tarifa sobre los costos eléctricos desde 2015 a 2021. En sus datos, lo que pagan los clientes residenciales alcanza para cubrir un 30% de los costos en este momento, mientras que la “cobertura” sube a un 41% cuando analiza la demanda total, es decir también incluyendo clientes no residenciales.
Lo que pagaba las tarifas sobre el total de los costos en diciembre del 2015 era del 12% para los clientes residenciales. Tras el primer incremento del gobierno de Mauricio Macri, ese número saltó a 27%, siempre hablando de usuarios en hogares. Desde allí, los sucesivos incrementos hicieron que las boletas fueran cubriendo cada vez mayor parte de los costos.
Caratori fue subsecretario de Planeamiento Energético y ex Director Nacional de Información Energética. Ahora es consultor e investigador con foco en energía y cambio climático en la Fundación Torcuato Di Tella, En sus gráficos, exhibe que la cobertura actual (del 30% sobre los costos) es muy parecida a la del 27% tras el primer aumento de tarifas de 2016. El congelamiento parece camino a eliminar todas los avances fiscales -es decir, la reducción del dinero que destinaba el Estado en subvenciones- de 2016 a 2019.
Fuente Clarin