Después de cinco meses de idas y vueltas, el Gobierno enviará esta semana al Congreso el proyecto de Ley de Promoción de Inversiones Hidrocarburíferas. Se trata de un esquema destinado a estimular la producción y las exportaciones en un horizonte a 20 años mediante una serie de beneficios, que incluyen el acceso parcial a divisas y la rebaja de impuestos.
La iniciativa había sido anunciada el 20 de marzo por el Presidente en la apertura de sesiones del Congreso, pero finalmente saldrá a la luz estos días tras las más de 30 reuniones encabezadas por el secretario de Energía, Darío Martínez, y el equipo de Martín Guzmán con las provincias productoras, la industria, sindicatos, pymes y diferentes cámaras del sector.
“Estamos elevando esta semana el proyecto siguiendo el compromiso de Alberto Fernández en su discurso del 1 de marzo”, confirmó un alto funcionario de la secretaría de Energía en un off con periodistas. “El objetivo fundamental es asegurar el autoabastecimiento, luego incrementar las exportaciones y así conseguir divisas para fortalecer al Banco Central“, agregó.
El proyecto prevé un nuevo régimen general de promoción de exploración y producción de petróleo, en el que se podrá exportar un 20% en función del incremento de la producción y el resto deberá ofrecerse al mercado interno. Ese beneficio se determinará sobre la diferencia entre el máximo anual entre 2019 y 2020 o los últimos 12 meses desde la vigencia de la ley.
Uno de los principales incentivos es la flexibilización del cepo cambiario, ya que los beneficiarios gozarán de la libre disponibilidad del 50% de las divisas por el volumen beneficiado. Un cambio que replica el mecanismo dispuesto en abril de fomento de inversión para las exportaciones -sobre todo en el sector minero– y que por ahora no tuvo mayor impacto.
Por esa mayor producción, la alícuota de derecho de exportación será de entre 0% y 8% según un precio que definirá la autoridad de aplicación. El resto de las divisas del saldo alcanzado por el incentivo deberán ser ingresadas y las adicionales, que fueran autorizadas por fuera del VEB, deberán liquidarse en el mercado oficial de cambios.
De esa manera, Energía y Economía buscan aliviar las presiones sobre las reservas del BCRA. “El crecimiento de largo plazo está determinado por la cantidad de divisas que se puedan generar, las políticas keynesianas y expansivas que permiten mayor producción y empleo chocan porque el crecimiento genera escasez de divisas en algún momento”, dijo uno de ellos.
La iniciativa contempla a su vez beneficios de hasta 20 puntos porcentuales adicionales en la disponibilidad de divisas cuando el beneficiario cuente con todo o parte de su producción alcanzada por regímenes de promoción que se derogan en la nueva ley, por cobertura de mercado interno, recuperación de pozos inactivos y participación de empresas regionales.
Por otra parte, habrá un régimen para la producción de gas natural con incentivos vinculados al abastecimiento del mercado interno y acceso a exportaciones en virtud del incremento de la producción. Y las cuencas maduras y en declino con explotación convencional distintiva y los proyectos de pymes o en áreas marginales tendrán menos requisitos y mayores beneficios.
Lo mismo está previsto para la promoción de la extracción de petróleo en pozos de baja productividad o inactivos a través de pequeñas empresas. Además, los proyectos convencionales tendrán un tratamiento diferencial y se prevé un régimen especial para exploración, producción, industrialización y transporte de hidrocarburos, y otro para grandes inversores hidrocarburíferos.
Falta petróleo y divisas
El diagnóstico oficial es que, pese a las medidas adoptadas por la gestión actual, la producción de petróleo sigue en caída desde fines de los 90 y aún se importan entre US$ 2.000 y US$ 2.500 millones en gas por año. “Eso genera tensiones cambiarias, seguramente nos ahorraremos US$ 2.500 millones de divisas por el nuevo régimen”, señalaron en Energía.
En cuanto al valor del barril, una discusión que impacta sobre los combustibles, los funcionarios explicaron a Clarín que se resolvió “no tocar el precio”. “Cuánto más resultados, menos incidencia va a tener esta discusión porque exportás a valor internacional, a medida que avancemos la incidencia del precio en el mercado interno va a ser menor”.
En materia impositiva, el texto establece beneficios como la estabilidad fiscal, un derecho que implica el no incremento de la carga tributaria total de la empresa o el proyecto; la eximición del pago del Impuesto a las Ganancias en las contribuciones de capital; devolución de IVA por exportaciones, reducción de derechos de importación y de contribuciones patronales.
Con la recaudación de las retenciones a las exportaciones de crudo, se crearán dos fondos administrados por Economía y el Ministerio de la Mujer. Uno será el de transición energética para financiar proyectos que cuiden el medio ambiente y el otro será para financiar becas de estudio en el sector energético y planes de contratación con perspectiva de género.
Fuente Clarin