Desde que estalló el escándalo por la fiesta de cumpleaños de Fabiola Yañez en la Quinta de Olivos, en julio del año pasado, cada auto que franquea el portón de entrada a la residencia presidencial es escrutado por mil ojos. El viernes pasado, pasadas las 8 de la mañana, una camioneta blanca de alta gama fue registrada por personal de la Casa Militar destacado en la quinta. Su conductor era el abogado Juan Pablo Fioribello, quien por más de una hora mantuvo una caminata junto a Alberto Fernández. Por orden del presidente, el letrado coordina la defensa de todos los invitados a aquella fiesta irregular, excepto la emprendedora Stefanía Domínguez.
Horas después de que trascendiera el enojo del Fabiola y su pareja con su aparentemente ex amiga, la llegada de su abogado a Olivos intentó pasar inadvertida, pero fuentes de la Casa Militar la confirmaron a Clarín. Fioribello, en cambio, no se excusó de atender a este diario.
Los testigos lejanos del encuentro coincidieron en que ambos comenzaron a caminar por los senderos del parque, lejos de interferencias. El encuentro ratifica la prioridad absoluta que el escándalo por la fiesta irregular mantiene en la agenda del presidente, y la supervisión permanente que ejerce sobre la estrategia judicial en el expediente que -por ahora- avanza en la fiscalía de Ramiro González en Comodoro Py.
En esa causa, Fioribello fue aceptado como representante directo de la primera dama y seis de sus amigos: Sofía Pacchi, Santiago Basavilbaso, Emmanuel López, Fernando Consagra y las hermanas Florencia y Rocío Fernández Peruilh. Sin embargo, también coordinaría la estrategia jurídica de otros dos asistentes al cumpleaños: Fernando Abraham y Carolina Marafioti.
El martes pasado, Fioribello también había notificado a la fiscalía de González que entre sus representados estaba Stefanía Domínguez, pero un día después desistió de esa defensa. ¿Qué había sucedido? La certeza en el poder de que la joven chubutense había traicionado la confianza de su amiga y había ofrecido las imágenes de la fiesta al menos a dos medios de comunicación. Ese miércoles, el plan en el gobierno era denunciar a Domínguez por la supuesta difusión de esas imágenes, aunque la idea entró en un freezer luego de que Clarín la anticipara el jueves.
Abogados, operaciones y sospechas
Así como el grupo de amigos que asistió a la fiesta de Fabiola hace un año naufragó en un mar de sospechas cruzadas, las internas en el gobierno sembraron de espinas el camino que Alberto Fernández busca trazar para salir del pozo político en el que aún se encuentra.
El expediente judicial refleja como un espejo esas intrigas. Cuando las fotos del cumpleaños se hicieron públicas, una cacería de brujas intentó dar con la fuga y coagularla. Tal como contó este diario, primero se supo que el peluquero Fernando Abraham había compartido algunas imágenes con sus amigos. Pero días después, durante el fin de semana largo, la pesquisa del gobierno apuntó su mira contra Stefanía Domínguez, ex compañera de Fabiola en sus clases de teatro.
Hoy ambos son defendidos por abogados distintos a los que convocó el presidente. Mientras que a Abraham lo representa el ex juez y camarista federal Jorge “Pati” Ballestero, Domínguez llegará a los tribunales a través de Mauricio D’Alessandro, un hombre de los medios para quien ni su defendida ni nadie violó ninguna norma, porque considera que todos los DNU con que Alberto Fernández impuso y renovó la cuarentena son inconstitucionales.
En sucesivas entrevistas periodísticas, D’Alessandro viene negando que su defendida haya ofrecido o entregado las imágenes de la fiesta, mientras sugiere que alrededor del caso hay “operaciones con tufillo a servicios de inteligencia”.
Cierto o no, su comentario no aparece aislado. En los últimos días también se publicaron en algunos medios y portales noticias sobre supuestas causas penales del abogado Fioribello, como de sanciones por parte del Colegio de Abogados. Pero Clarín pudo chequear que el defensor de Fabiola Yañez no tiene antecedentes penales de ningún tipo, según certifica el Registro Nacional de Reincidencia. En el Colegio de Abogados porteño ni siquiera hay denuncias contra él.
Gregorio Dalbón, otro letrado que representa al presidente en la demanda civil contra Patricia Bullrich por sus dichos sobre supuestas coimas en las negociaciones con el laboratorio Pfizer para comprar vacunas, también estuvo moviéndose para incorporarse en el caso por la fiesta de Olivos. Pero tal como informó Infobae, esa posibilidad quedó descartada.
Por último, otro abogado vinculado al kirchnerismo también puso un pie en el expediente. Se trata de Alejandro Rúa, uno de los dos defensores de Amado Boudou en el caso Ciccone junto a Graciana Peñafort. Rúa representa a Carolina Marafioti, estilista de la primera dama.
Fuente Clarin