
El resultado de las PASO de este domingo fue más que un cachetazo para el kirchnerismo que apostaba fuerte no sólo a mantener la mayoría en el Senado sino también alentaba el sueño de recuperar el control absoluto en la Cámara de Diputados, donde Máximo Kirchner y Sergio Massa dominan el territorio.
Las caras largas en el búnker del Frente de Todos, el rostro serio de Cristina Kirchner y Sergio Massa en el discurso del presidente Alberto Fernández reflejó la desazón del oficialismo que ve alejarse ese anhelo de la mayoría propia en una Cámara compleja para los planes del Gobierno.
Si el 14 de noviembre se repiten los resultados de las primarias, el bloque de Juntos por el Cambio, la principal fuerza opositora, se convertiría en la primera minoría, mientras que el Frente de Todos perdería el dominio de la Cámara y estaría obligado a buscar acuerdo para la sanción de las leyes que impulse el Gobierno.
Pero para empezar hay que apuntar que en Diputados se renuevan 127 bancas, de las cuales 60 pertenecen a Juntos por el Cambio, que las obtuvo en los comicios de 2017, cuando la fuerza patrocinada por Mauricio Macri cosechó más del 40 por ciento de los votos, con Esteban Bullrich ganándole la pulseada a Cristina Kirchner en la pelea por la banca en Senado por la provincia de Buenos Aires.
De ese total, pertenecen al PRO 26 escaños de sus 53; la UCR 26 de 46, y la Coalición Cívica 7 de sus 14 miembros. En tanto, el Frente Cívico y Social debe revalidar solo uno.
De repetirse los resultados de este domingo pasará a engrosar su presencia en la Cámara baja ya que contaría con 62 nuevos representantes se suman a los 55 que todavía tienen mandato. De esta manera, la principal fuerza opositora se aseguraría la primera minoría con 117 representantes.
El Frente de Todos que renueva 52 bancas apenas podría retener 43, por lo que perdería nueve diputados y quedaría con 111 legisladores para encarar el resto del año.
A todo esto se agrega que terminan su gestión dos diputados opositores que son aliados del FdT, el justicialista Eduardo Bucca, y el mendocino José Luis Ramón, quienes se bajaron para buscar un lugar en las legislaturas de sus respectivas provincias.
Entre los datos que explican la pérdida de poder del oficialismo también está que más de la mitad de los cargos para la Cámara baja saldrán de cinco distritos: Buenos Aires (35 diputados), Ciudad de Buenos Aires (13 diputados), Córdoba (9 diputados), Santa Fe (9 diputados) y Mendoza (5 diputados). En todos estos distritos se impuso Juntos por el Cambio con amplia comodidad.
En tanto, el bloque de José Luis Espert, Avanza Libertad llegaría al Congreso y sumaría sus primeras cuatro bancas, incluyendo a Javier Milei, que sumó un 13% en las primarias, mientras que la izquierda, que pone en juego dos bancas, las podría retener y sumar dos escaños.
Lo cierto es que la próxima versión de la Cámara de Diputados tendrá un amplio perfil, con la presencia de figuras como María Eugenia Vidal, Diego Santilli, Facundo Manes, Julio Cobos, que regresaría a la Cámara baja tras su incursión por el Senado.
Desde Entre Ríos llega Rogelio Frigerio que se anotó una de las victorias más destacadas al imponerse cómodamente al peronismo al derrotar a Enrique Cresto, el candidato que impuso el propio Alberto Fernández en la provincia gobernada por Gustavo Bordet.
Rodrigo de Loredo, de Juntos por el Cambio, fue el precandidato a diputado nacional más votado en Córdoba, donde el kirchnerismo no logra hacer pie y sigue sin poder torcer ese destino. El dato en Córdoba es la derrota de Mario Negri, que dejará de ser el presidente del interbloque y fracasó en su intento por llegar al Senado.
GRB
Fuente Clarin