A los 92 años murió ayer el artista plástico Guillermo Roux, uno de los pintores más destacados en la producción artística local, cuya vasta y cambiante obra demostró siempre dos metas: la falta de temor a los cambios, y el placer por la experimentación permanente. Hijo del dibujante e historietista uruguayo Raúl Roux, Guillermo nació en 1929 en Flores. Su recorrido profesional arrancó dibujando viñetas e ilustraciones, como una forma de ayudar a su padre, a quien veía trabajar largas horas. Más tarde decidió él también estudiar dibujo, se formó y trabajó en la editorial de Daniel Quinterno, editor de “Patoruzú” en los años 40. Después de ese trabajo de “jornalero gráfico”, como lo llamó alguna vez, Roux trabajó varios años en Italia restaurando frescos y mosaicos. Los murales marcaron también un legado de su obra, como el trabajo que hizo en las Galerías Pacífico en 1994 cuando junto a Josefina Robirosa, Carlos Alonso y Rómulo Macció completó el reciclaje de las Galerías Pacífico.