Un portavoz del club dijo que 44 jugadores y el personal, incluido él mismo, se aislaron en casa y esperaban repetir las pruebas. “Dos o tres jugadores y dos o tres empleados tienen síntomas, pero nada demasiado grave, el resto son asintomáticos”, agregó.
Los presidentes del Benfica y del Belenenses dijeron en una conferencia de prensa el sábado que debían jugar el partido o correr el riesgo de ser sancionados por una “ausencia injustificada”. Culparon a la liga y a la DGS de no permitir que se pospusiera el encuentro.
La jefa de DGS, Maria da Graça Freitas, dijo a la emisora SIC que no era responsabilidad de la autoridad sanitaria posponer el juego, sino evaluar la situación del COVID-19 e implementar medidas como aislar a las personas.
Casi todos los jugadores habían sido vacunados pero de todas formas contrajeron la enfermedad, dijo, y agregó que era una buena noticia que la mayoría estuviera asintomática.
Portugal, que tiene una de las tasas de vacunación más altas del mundo contra el COVID-19, suspendió los vuelos desde y hacia su excolonia Mozambique a partir del lunes para evitar la propagación de la variante, que se detectó por primera vez en el sur de África. El país anunció la semana pasada el regreso de restricciones.
Potencialmente más contagiosa que las variantes anteriores, ómicron también se ha encontrado en Australia, Bélgica, Botsuana, Gran Bretaña, Canadá, Dinamarca, Francia, Alemania, Hong Kong, Israel, Italia y Holanda.
El defensor del Belenenses, Cafu Phete, dio positivo por COVID-19 después de regresar el 17 de noviembre del haber defendido a la selección de Sudáfrica.
Fuente Ambito