Los mundos paralelos en los que vive el kirchnerismo quedaron al descubierto en las últimas horas con el acto del viernes en la Plaza de Mayo y el comunicado del Fondo Monetario Internacional. Cristina Kirchner lanzó un mensaje con un único destinatario, Alberto Fernández, sobre las negociaciones con el FMI y el no hacer “concesiones”. ¿Qué se viene de ahora en más?
Por lo pronto, la presentación de Martín Guzmán en la Cámara de Diputados por el Presupuesto 2021. Si bien la economía está creciendo más de lo previsto en 2021, la inflación también. Mañana el Gobierno deberá digerir el dato del Indec de noviembre, el que estará una vez más arriba del 3%. El proyecto enviado por el ministro el 15 de septiembre contemplaba una inflación de sólo 33%. ¿Se animará a revisar todas las proyecciones, a hacerlas más creíbles? Si está en línea con lo que conversó la misión técnica argentina con el FMI la semana pasada en Washington, debería modificar todas las variables. Fuentes oficiales aseguraron anoche a este diario que “habrá cambios en los números”. De nuevo, la inflación 2022 prevista por Guzmán es otro de los mundos paralelos, una suerte de metaverso del oficialismo.
En Juntos por el Cambio ya se anticipan a lo que será la discusión legislativa de un eventual acuerdo con el FMI. El diputado Luciano Laspina, uno de los economistas más influyentes entre los que cuenta la oposición, anticipó en un artículo publicado en La Nación este fin de semana que “el debate de la ley (la del acuerdo con el FMI) debería iniciarse una vez que se haya llegado a un acuerdo a nivel de staff con el organismo, nunca antes”. Alfredo Cornejo se sumó a este movimiento al afirmar que “primero tiene que apoyarlo explícitamente Cristina”. Mauricio Macri lo avaló, al igual que Patricia Bullrich. El mendocino comienza a ser visto como una suerte de “Menem radical”, por su postura económica. Mientras Horacio Rodríguez Larreta aplica el wait and see, un recurso que utiliza frecuentemente y que le puede costar puntos de imagen en una sociedad ansiosa de definiciones y no de posiciones intermedias.
El Presupuesto 2022 es otro metaverso, en el sentido de que no sirve para controlar el gasto del Poder Ejecutivo, que siempre tiene a mano los DNU para corregir y aumentar transferencias a piacere. Una realidad virtual. Lo que hay que estar siempre atento es al articulado del presupuesto, donde se cuelan impuestos, exenciones y prórrogas como es el de Impuestos Internos. Un clásico kirchnerista también es aumentar la presión sobre Bienes Personales, un mecanismo festejado en Uruguay y Paraguay, países que siempre están abiertos a recibir a los argentinos hastiados de la voracidad impositiva doméstica.
Lo que tampoco avalará la oposición es un “puente de plata” del FMI al gobierno kirchnerista para postergar todo el ajuste en el 2023. Las malas noticias, ahora. El staff del FMI a decir verdad tampoco tiene la intención de construir ese puente, algo que quedó graficado en el comunicado difundido el viernes por el organismo internacional. Poniendo en claro ese comunicado, para llegar a un acuerdo el gobierno debería subir la tasa de interés al 65% anual, reducir fuertemente la emisión de pesos (equivale a reducir el déficit) y comenzar a acumular reservas (dejar de intervenir en la plaza cambiaria y eventualmente devaluar). Difícil que Alberto Fernández dé un giro de esa naturaleza en su accionar, muy subordinado al pensamiento de Cristina Kirchner.
Pero el metaverso kirchnerista también se centra sobre el pasado. Culpar al FMI del fin anticipado de la presidencia de Alfonsín y la de De la Rúa como hiciera Cristina Kirchner el viernes es irreal. Lo real es que el kirchnerismo debería estar agradecido del acuerdo que firmó con Macri en 2018. Ese entendimiento obligó al macrismo a subir las tasas arriba del 65% anual, a bajar el rojo fiscal primario de 4,3% a sólo 0,5% del PBI y le prohibió la asistencia del BCRA al Tesoro. Por si fuera poco, el staff del FMI le prohibió al BCRA intervenir en la plaza cambiaria fijando una banda de flotación libre de 10% entre piso y techo. Un plan armado para perder las elecciones del 2019, no precisamente para ganarlas. Es más, el error de la oposición y de los economistas que la integran es no resaltar que el FMI les hizo perder las elecciones, lejos de financiar la campaña de Mauricio Macri.
Los mercados deberán digerir desde hoy otra invitación de Cristina Kirchner a esconder los dólares de las garras oficiales. Su frase que ir tras los dólares de argentinos en el exterior y con ello pagar al FMI, otro metaverso, genera más miedo entre los que tienen dólares aquí. El BCRA deberá continuar con su política de acelerar la devaluación del tipo de cambio oficial sin que se note. Pero que ello ya sea la intención oficial hace que se note y que sus efectos se sientan ya.
En “El Jardín de los senderos que se bifurcan”, Jorge Luis Borges muestra que dos realidades pueden llegar a existir de manera simultánea. En tecnología, los avances se centran sobre el metaverso, una realidad virtual, un entorno en que es una metáfora del mundo real. El kirchnerismo no se queda atrás y va construyendo su propio planeta, aunque más distante.
Fuente El Cronista