Político, escritor, historiador por vocación, Antoni Dalmau i Ribalta, que presidió la Diputación de Barcelona entre 1983 y 1987, murió el pasado miércoles en Barcelona a los 70 años tras sufrir un accidente en su domicilio. Hombre de amplia cultura, llegó a la política de la mano de Convergència Socialista de Catalunya, uno de los brazos, en este caso desde el catalanismo, que acabaron integrándose en el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC). De hecho, Dalmau militó en esta formación hasta 2013, cuando se dio de baja del partido en plena convulsión por el proceso soberanista, en un tránsito emprendido también por otros destacados socialistas, que dejaron la formación por no alinearse con la ola soberanista. Dalmau, en sus últimos años, acabó acercándose a ERC, partido del que cerró la lista municipal por Igualada (Barcelona), su ciudad natal. Comprometido con la defensa del catalán, fue un de los firmantes del manifiesto Koiné, que propone el reconocimiento del catalán como única lengua oficial en Cataluña. Antes de romper con su partido de toda la vida –estuvo en su ejecutiva entre 1978 y 1992–, Dalmau ocupó numerosos cargos de responsabilidad en distintas administraciones. Fue concejal en el Ayuntamiento de Igualada en distintas etapas, y en el de Barcelona entre 1983 y 1987, formando parte del primer gobierno municipal pilotado por Pasqual Maragall. Entre 1982 y 1987 asume la que será su máxima responsabilidad política, presidente de la Diputación de Barcelona, tras la cual pasa a ser diputado en el Parlament, cámara de la que sería vicepresidente hasta el año 1995. En la misma cámara presidiría la Comisión de Política Cultural (1995-1999), un ámbito al que siempre dirigió sus intereses y acción política. Dalmau cultivó muchos ámbitos de estudio, de manera muy particular el mundo de los cátaros así como la violencia social y política en la Barcelona de finales del siglo XIX y principios del XX. Sobresalen en este último campo unos muy didácticos y de gran pulso narrativo estudios sobre el ‘proceso de Montjuïc’ –la ola represiva que siguió al atentado en la procesión de Corpus de la capital catalana en 1896–; la Semana Trágica o el conocido como ‘caso Rull’ centrado en la asombrosa peripecia vital de Juan Rull, terrorista y confidente de la policía al mismo tiempo en la convulsa Barcelona de las bombas anarquistas. Dalmau fue también un estudioso de la Guerra Civil y del franquismo en Igualada y la comarca de la Anoia. Licenciado en Derecho, ejerció como abogado hasta 1982. Fue también profesor de Ciencias de la Comunicación en la Universidad Ramon Llull, colaborando de manera asidua en numerosos medios de comunicación del ámbito catalán. Hombre polifacético, tradujo al catalán, en ocasiones bajo el seudónimo de Albert Vilardell, numerosas y tan diversas obras como las de Stieg Larsson o Stepehen W. Hawking. Su interés por la cultura le llevó a presidir la Fundación del Teatre Lliure entre 1988 y 2013, a la vez que formaba parte de las juntas de entidades como el Orfeó Català, la Fundación Centro Internacional de Música Antigua, la Fundación Pau Casals o la Sociedad Catalana de Estudios Históricos. ÀLEXGUBERN
Fuente ABC