Este jueves se cumple un año del asalto al Capitolio de Estados Unidos por los seguidores del entonces presidente Donald Trump, luego de diversas denuncias por supuesto fraude en las elecciones que dieron por ganador a Joe Biden y que dejó cinco muertos y más de 140 agentes policiales heridos.
En la tarde del 6 de enero de 2021, Trump realizó un discurso en el cual trató nuevamente de anular los comicios, pero antes de que finalice el mismo, sus simpatizantes marcharon hacia el Capitolio y muchos de ellos irrumpieron en el lugar que se lleva a cabo la certificación de victoria de Biden, provocando destrozos en el edificio, informó NA.
Según los datos del Departamento de Justicia, de las 700 personas imputadas, 165 se declararon culpables de los cuales cuatro recibirán una condena de casi 20 años de prisión y 71 una pena de hasta cinco años. Un Comité investiga los hechos desde hace seis meses: recaudaron más de 35.000 documentos y entrevistaron a más de 300 testigos. Ahora comienza la segunda fase que corresponde a las audiencias abiertas, que serán televisadas.
El comité está integrado por nueve legisladores, siete demócratas y dos republicanos. Aunque muchos de los ciudadanos creen que dicho panel está integrado por «un grupo parcial hacia un pensamiento», desde un comienzo los miembros trataron de llevar tranquilidad de que son imparciales y sus investigaciones «corresponden a documentos existentes y creíbles en un ciento por ciento».
Desde el Comité señalan que este hecho estuvo armado desde un principio por la Casa Blanca y es por eso que faltan recaudar datos sobre los preparativos del ataque y como Trump incitó a sus seguidores para que lleven el ataque hacia donde se estaban contabilizando los votos.
Trump iba a realizar una conferencia de prensa el miércoles, pero la suspendió sin dar mayores justificativos. Según un comunicado que circuló, el republicano señaló que los medios de comunicación y el comité de la Cámara de Representantes, que investiga el asalto al Capitolio, están actuando con «total parcialidad y deshonestidad».
Fuente: El Intransigente