Domínguez mira para adelante

Figúrese que usted es pasajero de un vuelo en el que empieza a haber algunas turbulencias, y que el comandante sale de la cabina protestando, “¡Este avión es una porquería! Va a ser un milagro si no nos caemos en picada, ¡esta compañía es un desastre!”.

¿Cómo se sentirá en su asiento cuando, igual que todos los demás viajeros y la tripulación, lo que desea es aterrizar en su destino y seguir con su vida?

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La primera imagen 2022 de Independiente en la cancha no es como para sorprender a nadie. ¿O alguien suponía que, con unas pocas prácticas, sin refuerzos y con algunas fugas del plantel, iba a aparecer aquel Rojo de Bochini y Bertoni que salió campeón del mundo ganándole a la Juventus en Italia?

La única verdad es la realidad, y la realidad es que el club tiene problemas institucionales, un desastre económico, está inhibido para traer jugadores y hasta para seducirlos con una propuesta para que vayan, perdió a su goleador y capitán, será difícil resistir las ofertas que vengan por Velasco y por ahora ni siquiera puede usar al arquero que viene de jugar una buena temporada en el equipo.

En ese panorama de turbulencias, el club encontró un líder. Eduardo Domínguez no fue ese comandante que pierde el pulso y aterroriza a la gente que está bajo su responsabilidad.

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Por empezar, no se afincó en excusas, ni en justificaciones (que las hay); se hizo cargo de su rol: “Vine sabiendo las dificultades”; y sin vender humo ni espejitos de colores, contó que se están buscando los refuerzos necesarios pero que “si no podemos, estamos acá para trabajar y dar lo mejor”, elogiando que tiene “una camada de chicos interesante” y que “hay jugadores importantes todavía”.

¿Qué se puede hacer ante un panorama tan difícil? Repartir culpas por todos lados, clavarse puñales, enarbolar un discurso quejoso. O tomar el camino que eligió para empezar Domínguez: “Nosotros miramos para adelante, no para atrás”.

Fuente OLE