Lo cierto es que la Agencia Gubernamental de Control de la Ciudad se excusó de precisar el número ya que las verdulerías “se engloban dentro de lo que es comercio minorista, y ahí puede haber otros rubros, por caso ferretería”. Los negocios de frutas y verduras, con sus cajones, son un fenómenos difícilmente cuantificable.
Pero en el terreno más informal, confiesan desde la AGCC: “Las verdulerías crecieron como hongos”.
Hasta en las redes son noticia: en palabras de la influencer argentina de verdulerías @julicye: “Todo está peor, menos la cantidad de verdulerías per cápita”.
Una explicación es que muchos locales se reconvirtieron en verdulerías para sobrevivir las restricciones impuestas por el Gobierno. Los verduleros contaban que, sobre todo en los primeros meses, vendieron más que nunca. Y no faltó las que se multiplicaron: el primo abría una a la vuelta y el sobrino en la otra cuadra.
Internet muestra que “durante el 2020 hubo un pico de búsquedas vinculadas a verdulerías en Buenos Aires, específicamente en la semana del 22 de marzo, fecha en la que comenzó el aislamiento debido a la pandemia”.
Fuente Ambito