Sin embargo, la mascarilla seguirá siendo obligatoria en centros escolares, residencias de ancianos, centros sociales y cárceles. A partir de ahora, serán los municipios y los comercios los que decidan si la exigen o no a sus administrados y clientes.
El tapabocas seguirá siendo obligatorio asimismo en los transportes públicos -trenes, metros, autobuses, aeropuertos- regidos por la legislación federal.
Para justificar su decisión, la gobernadora Hochul alegó que los indicadores sanitarios están “a la baja” en la ciudad que fue fuertemente golpeada por la pandemia de coronavirus en la primavera boreal de 2020, y que ha dejado más de 38.000 muertos.
El uso de la mascarilla ha sido siempre muy respetado por los neoyorquinos muy traumatizados por la epidemia: no solo en interiores es obligatoria sino que la mayoría de la gente la lleva por la calle.
En todos los comercios, restaurantes y museos además de la mascarilla se exige el certificado de vacunación acompañado por un documento de identidad.
El estado de Nueva York se suma así a otros como California, Oregón, Nueva Jersey, Connecticut, Delaware o Massachussetts que a lo largo de esta semana han empezado a anunciar medidas para abandonar las mascarillas en interiores.
Fuente Ambito