Y precisó: “Yo le decía ‘los de acá estamos tristes, pero me contaron que ahí es fantástico. ¿Por qué paisaje estás? Mandame alguna señal’. Conversé, mejor dicho yo le hablé”.
Además, la intérprete de “Aprender a Volar” destacó a Rozín como una persona clave para los artistas populares de la Argentina.
“Yo lo he querido mucho, lo quiero mucho, apoyó la música como ningún otro, en eso me hacía acordar a (Juan Alberto) Badía, porque nos dio un espacio que no teníamos, la música en vivo es muy difícil, el ir a tocar… y aparte no tenía pedía el hit, no subestimaba al público. Le debemos muchísimo a Gerardo”, valoró.
Desde hace años, Sosa emprendió un camino espiritual que le permite estar abierta a cuestiones que exceden lo terrenal.
Despedida de Rozín en su Rosario natal
Un puñado de familiares, amigos y seguidores despidieron el mediodía de ayer en la ciudad santafesina de Rosario al periodista Gerardo Rozín, fallecido el viernes a los 51 años en Buenos Aires.
El cortejo fúnebre con los restos de Rozín, en un féretro envuelto en una bandera y una camiseta de Rosario Central, partió a las 12.40 desde la Cochería Caramuto, en Córdoba y Riccheri, en el macrocentro rosarino, hacia el Cementerio Israelita, donde será inhumado.
Los restos del cronista y productor habían llegado a esta ciudad luego de haber sido velados en la casa mortuoria ubicada en la porteña Avenida Independencia 3899.
Por allí desfilaron personalidades de la cultura, la televisión y la política como el Secretario de Asuntos Estratégicos de la Presidencia Gustavo Beliz, el empresario teatral Carlos Rottemberg, el directivo del Viacom CBS Darío Turovelzky, el gerente de contenidos de eltrece Pablo Codevila.
Además, estuvieron Nicolás Repetto (Rozín fue su productor y ladero en tiempos del magazine nocturno “Sábado Bus”), Beto Casella, Romina Manguel, Julio Bárbaro y Daniel Hadad, entre familiares y personas cercanas al creador de programas como “Esta noche libros” y “Gracias por venir”.
En tanto, el periodista tuvo ayer un sentido homenaje antes del partido en que Rosario Central, club de que el era hincha, recibió a Barracas Central, cuando los jugadores del equipo local ingresaron al campo de juego con una bandera que lo despedía y se le dedicó un minuto de aplausos, mientras su rostro se reflejaba en el tablero electrónico.