Así lo anticipa el Daily Mail, según el cual las autoridades del certamen están evaluando qué hacer ante el reclamo del gobierno del primer ministro Boris Johnson en ese sentido a modo de sanción por la guerra que Rusia libra contra Ucrania.
Hasta el momento, los tenistas rusos y bielorrusos compitieron sin problemas en los torneos organizados por la ATP, la WTA y la ITF, aunque lo hacen bajo bandera neutral y sin que suenen las estrofas de sus himnos en las ceremonias de premiación.
“Es un tema complejo y delicado. Estamos en contacto permanente con el gobierno del Reino Unido, la Lawn Tennis Association y los órganos de gobierno internacional del tenis”, admitieron los organizadores de Wimbledon en un comunicado oficial.
“Anunciaremos una decisión al respecto antes de que venza la inscripción de los participantes a mediados de mayo”, agregaron. Hace apenas unos días, el embajador ruso ante el Reino Unido, Andrei Kelin, denunció que los organizadores del tradicional torneo presionaron a los jugadores rusos para que condenen la guerra amenazándolos con no dejarlos competir si no lo hacen.
En diálogo con la agencia Tass, el diplomático afirmó que “los intentos por prohibir la presencia rusa en los ámbitos humanitarios, culturales o deportivos continúa”.
“Me informaron que para poder participar en el torneo de Wimbledon, los tenistas rusos deben firmar documentos que condenen la operación especial sobre Ucrania y esto supera todos los límites”, aseguró Kelin.
Según el embajador, en Gran Bretaña se profundiza el sentimiento contra su país, se multiplican los casos de “rusofobia” y “el clima que se respira es cada vez más denso”.
Si Wimbledon finalmente le baja el pulgar a los tenistas rusos y bielorrusos, uno de los más perjudicados sería Daniil Medvedev, actual número dos del ranking de la ATP y que pelea semana a semana por recuperar el N°1 ante el serbio Novak Djokovic.
Medvedev decidió operarse a raíz de una hernia que lo tiene a maltraer y que lo alejará de las canchas por uno o dos meses, según anticipó, lo cual abre un interrogante sobre su presencia en Roland Garros, segundo Grand Slam del año que se jugará del 22 de mayo al 5 de junio.
El tenista ruso fue finalista este año en el Abierto de Australia, torneo en el que perdió la final con el español Rafael Nadal, tal como le había sucedido el año anterior frente a Djokovic.
El número uno del mundo cayó al final de esa misma temporada, justamente frente a Medvedev, en la final del US Open, derrota que le impidió conquistar el Grand Slam.
Por ahora, el tenis no aplicó sanciones tan tajantes a los deportistas rusos como sí lo hicieron otras disciplinas, pues por ejemplo la FIFA dejó afuera del Mundial que se celebrará en Qatar este año a la selección de ese país.
Previamente, el Comité Paralímpico Internacional (IPC), marginó de los Juegos de Invierno que se celebraron en Beijing a los atletas rusos y bielorrusos que debían participar de la cita, mientras que otros deportes siguieron los mismos pasos. La Fórmula 1, por ejemplo, canceló del calendario el Gran Premio de Rusia y hasta la escudería estadounidense Haas interrumpió el contrato del piloto ruso Nikita Mazepin.
Fuente Ambito