El sospechoso de haber matado durante un robo a Beatriz Mansilla, una vecina de 80 años de Carapachay, Vicente López, se suicidó de un balazo en la cabeza poco antes de que la policía lo detuviera en una habitación de la propiedad donde se había ocultado.
Así lo informaron a La Nación calificadas fuentes judiciales. Tiempo atrás, el presunto asesino, un joven de 24 años identificado como Ezequiel Varela, había sido vecino de la víctima.
“Hicimos un allanamiento de urgencia para detener al sospechoso. Cuando el personal policial irrumpió en la casa, el delincuente se pegó un balazo. Teníamos pruebas contundentes de su participación en el crimen”, explicó un detective que participa de la investigación. El sospechoso se mató con un revólver calibre 32.
El sospechoso del homicidio en Vicente se mató al estar rodeado por la policía
Las fuentes consultadas explicaron que un testigo declaró que el sospechoso le confesó ser el homicida de Mansilla y habría aportado pruebas clave para el avance de la investigación.
La mujer murió por asfixia mecánica. Fue estrangulada con un cinto negro de cuero. El homicidio fue descubierto anteayer a la tarde por el hijo de la víctima cuando volvió de trabajar. El asesino escapó con
La investigación quedó a cargo del fiscal de Vicente López Alejandro Musso y de detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de San Isidro de la policía bonaerense.
Beatriz Mansilla, la víctima
Según pudieron reconstruir los investigadores, el sindicado homicida solía estar vestido “de fajina”, buzo de lana con hombreras y calzaba borcegos. “Siempre estaba uniformado. Aparentemente, trabajaba de vigilador o tenía algún trabajo relacionado con tareas de custodia o seguridad privada”, explicó a LA NACION una fuente del caso.
A la casa de la víctima, situada en Esteban de Luca al 5200, en Carapachay, el sospechoso llegó en un automóvil Toyota Corolla oscuro. Estaba vestido con su “uniforme de fajina” y chaleco antibalas. Los investigadores intentan determinar si estaba solo o con un cómplice.
La víctima se había levantado poco antes de que llegara el asesino. Llevaba puesto un camisón cuando fue asfixiada, recordaron fuentes del caso. El delincuente llegó cuando el hijo de Mansilla ya se había ido a trabajar.
La sospecha de los investigadores es que la mujer abrió la puerta porque pensó que su exvecino era “personal policial”.
“Evidentemente, Mansilla abrió la puerta porque vio que la persona que tocó el timbre estaba uniformada”, dijo un investigador consultado.
El cadáver de Mansilla estaba tendido en un pasillo distribuidor de la casa que da al living principal, a un baño y a una habitación de servicio. Alrededor del cuello de la víctima fue hallado el cinto que el asesino utilizó para el estrangulamiento.
Fuente La Nacion