El embajador de España ante el Consejo de Europa no acudió ayer a defender los intereses de nuestro país durante el debate que tuvo lugar en la Comisión de Asuntos Legales del citado órgano sobre la falsa persecución de los políticos catalanes. La iniciativa fue impulsada por el socialista Boris Cilevics, favorable a las tesis independentistas. El diplomático español Manuel Montobbio de Balanzó tenía asiento reservado junto al ‘síndic’ Rafael Ribó, cuya intervención fue un ataque en toda regla a España. Pero su asiento permaneció vacío durante todo el debate (ver imagen). Supuestamente, seguía la intervención ‘online’, pero no respondió a la invitación del presidente de la Comisión de Asuntos Legales para que interviniera en respuesta a la arremetida de Ribó. Al cierre de esta edición, Exteriores declinaba ofrecer explicaciones por este episodio mientras el PP anunciaba que pedirá cuentas al ministro de Exteriores, José Manuel Albares. El vicepresidente primero de la delegación española en el citado órgano, el popular Pablo Hispán, exige que Albares aclare por qué Montobbio «no intervino para defender las decisiones de los tribunales españoles, nuestro Estado de derecho y nuestra Constitución». «Resultó inaudita esa dejación por parte de Exteriores», carga, subrayando que al embajador español «le esperaban en la sala y cuando empezó la reunión el presidente de la Comisión anunció que intervendría», denuncia. Durante el debate, Ribó puso en duda la democracia española mezclando la no derogación de la ley de Seguridad Ciudadana con el caso Pegasus, y pintando un panorama de regresión de derechos y falta de libertades. También aseguró que la libertad de expresión o de reunión «sufren desde hace tiempo graves retrocesos» en nuestro país, y denunció que el indulto a los presos del 1-O está condicionado a no volver a cometer un delito grave. Algo que, aseguró, «se puede percibir como una amenaza que limita la libertad de actuación de las personas indultadas y el pleno ejercicio de sus derechos». Su ataque, no obstante, cayó esta vez en saco roto ya que el resto de intervinientes se opuso a sus tesis. El representante español, del PSC, hizo hincapié en que nadie ha sido perseguido ni condenado en España por sus opiniones, y el resto de parlamentarios defendió la solidez de la democracia española, criticando la comparativa que el informe Cilevics hace con la turca. El Consejo de Europa es un órgano ajeno a la Unión Europea.
Fuente ABC