Hungría, liderado por el premier Viktor Orban, muchas veces señalado como cercano al Kremlin, importa de Rusia el 60% del petróleo y el 85% del gas que usa. “No es una cuestión de falta de voluntad o de calendario, sino simplemente la realidad física, geográfica y de infraestructuras”, explicó el ministro.
La propuesta de la UE es que los 27 países del bloque veten la importación de crudo de Rusia y penalizar a los mayores bancos y emisoras estatales rusas en un sexto paquete de sanciones por la invasión a Ucrania.
“Vamos a renunciar progresivamente a las entregas rusas de petróleo en un período de seis meses y a las de productos derivados del crudo de aquí a fin de año”, dijo la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula Von der Leyen.
En una intervención ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, la funcionaria admitió que la tarea “no será fácil. Algunos estados miembros (de la UE) dependen en gran medida del petróleo ruso. Pero tenemos que trabajar en esto”, señaló.
Hungría no fue el único país que se opuso al plan. Paralelamente, el primer ministro de la República Checa, Petr Fiala, dijo que las sanciones golpean más a los ciudadanos checos que a los rusos, y por ello su país está negociando una exención de dos o tres años.
“Estamos dispuestos a respaldar la decisión siempre que se conceda a la República Checa un aplazamiento hasta que aumente la capacidad de los oleoductos” que abastecen al país de petróleo, dijo.
El Gobierno checo considera que el nuevo paquete de sanciones contra Rusia debe incluir también un mecanismo de distribución comunitario. “Estamos solucionando muchas cosas para que los efectos (de la desconexión del crudo ruso) sean repartidos equitativamente en toda Europa”, indicó el ministro de Comercio e Industria, Jozef Síkela.
Por su parte, el ministro de Economía alemán, Robert Habeck, admitió que no es posible “garantizar que no habrá perturbaciones” en el suministro de petróleo, especialmente a nivel regional. También advirtió en una conferencia de prensa que “los precios igualmente podrá aumentar de manera significativa” en el próximo semestre. Ante todo esto, Ucrania denunció la “complicidad” de países de la UE contrarios al embargo petrolero.
De acuerdo con el canciller ucraniano, Dmytro Kuleba, un país europeo que se oponga al veto es “cómplice de los crímenes cometidos por Rusia en territorio ucraniano”. Rusia suministró en 2021 aproximadamente el 30% del crudo y el 15% de los derivados del petróleo comprados por la UE.
La intención de este sexto paquete de sanciones, añadió más temprano Von der Leyen, es que la prohibición incluya a todo el petróleo ruso “transportado por mar y por oleoductos, crudo y refinado”. También agregó que la UE quiere cerrar el espacio europeo a “tres grandes emisoras de estado rusas”.
“Ya no se les permitirá distribuir su contenido en la UE, en cualquier forma o forma, por cable, a través del satélite, en Internet o a través de aplicaciones de teléfonos inteligentes”, dijo. Esas emisoras fueron identificadas como “bocinas que amplifican las mentiras de Vladímir Putin y la propaganda agresivamente. Ya no debemos darles un escenario para difundir estas mentiras”.
En su discurso, Von der Leyen adelantó que la UE se propone que el nuevo paquete de sanciones incluya a tres bancos rusos, incluyendo a Sberbank, la mayor banca del país. Golpear a los “bancos de una importancia sistémica esencial para el sistema financiero ruso” reforzará el “aislamiento total” de ese país y debilitará su capacidad de financiar la guerra en Ucrania, dijo la funcionaria alemana.
Fuente Ambito