El presente trabajo fue realizado en base a un puntual extracto del libro: Las operaciones de inteligencia del general José de San Martín en la guerra de emancipación sudamericana
Hacia 1535, inicio de la conquista de Chile, los mapuches ascendían a unas 300.000 personas su límite norte era el río Maule y el sur el golfo de Ancud, siendo desplazados por los españoles al sur del río Bío Bío.
Los españoles denominaron “araucanos” a los indígenas que habitaban la zona del arroyo “Raghco” y esta denominación poco a poco se extendió a toda la etnia.
En el acta del Cabildo de Santiago de Chile del Jueves 11 de agosto de 1541 figura esa palabra que se transformó en “rauco”; poco tiempo después el conquistador Pedro de Valdivia, en una carta escrita al Rey de España, la convirtió en “Arauco”.
La aparición en 1561 de “La Araucania”, el más grande poema épico español sobre la conquista de América, escrito por Alonso Ercilla y Zúñiga, fijó definitivamente el nombre de esa etnia y de la tierra que habitaban.
En 1664 Francisco de Meneses Capitán General de Chile, calculó que en las campañas contra ellos desde hacía ciento treinta años, habían muerto 30.00 españoles, 60.000 indios auxiliares aliados y 180.000 araucanos.
Por ello de realizaron unos acuerdos con dicha etnia para evitar nuevos ataques al norte del rio Bío Bío, pero se los alentó a transponer la cordillera y capturar indios “puelches” para venderlos como esclavos en la ciudad de Concepción, ubicada en la margen norte del mencionado río, límite sur de la Capitanía General de Chile.
Así dando inicio a la Guerra Lucrativa, comenzaron a ingresar al territorio argentino en el siglo XVII para realizar las “malocas”; nombre que se le dio a esa repugnante actividad, proporcionándoles sus socios españoles, caballos, armas de fuego, pólvora, tabaco y la promesa de abastecerlos con las muy apreciadas bebidas alcohólicas que tanto satisfacían los indígenas americanos.
Con la ventaja adicional de estar armados con armas de fuego, los araucanos capturaron miles de puelches, que fueron reducidos a la esclavitud en Chile.
En el siglo XVIII comenzaron a ingresar misioneros al actual territorio neuquino y comprobando las crueldades perpetradas con los puelches, en especial lograron gracias a su prédica en especial la del padre Nicolás Mascardi, que se prohibieran las “malocas”.
Entonces, cambiaron de “mercancía” y así llegaron a Concepción grandes manadas de vacunas robadas en estancias cuyanas, cordobesas y de Buenos Aires, que vendían sin ningún problema, pues las autoridades trasandinas “miraban para otro lado”.
Al crearse el Virreinato del Río de la Plata el jueves 1ro de agosto de 1776, el territorio ubicado al sur del río Bío Bío, que antes había pertenecido al Perú, pasó a depender del mismo, como así también ka región de Cuyo que hasta ese momento pertenecía a la Capitanía General de Chile.
LOS PARLAMENTOS REALIZADOS EN LA CAPITANIA GENERL E CHILE
Ese “status quo” fue exitoso gracias a unas conferencias llamadas “Parlamentos” que impidieron durante largos sus ataques al norte del río Bío Bío.
La iniciativa para concretar uno de esos encuentros partía siempre de los españoles, porque eran ellos los que tenían que hacer proposiciones concretas, mientras los indios les correspondía el papel pasivo de aceptarlas o rechazarlas.
Emisarios recorrían los vutamapus, (regiones) convocando a los loncos(jefes) principales a un parlamento, que generalmente se realizaba en verano, en algún sitios rodeado de ríos, cerca de un fuerte español para evitar ataques sorpresivos durante su celebración, pues asistían los loncos con varios miles de conas (guerreros) y sus familias, reuniéndose entre ocho y diez mil personas, que comían y bebían a expensas del real tesoro durante tres días que duraba la reunión y el Capitán General de Chile con un brillante séquito de funcionarios, letrados, frailes y tropa de línea y de milicias.
EL PARLMENTO DE CHILLAN
Este famoso encuentro fue celebrado en 1641 por el Capitán General de Chile, Francisco López de Zúñiga, Marqués de Baides y los principales loncos por el mismo se les reconoció el derecho a la propiedad de sus tierras y a cambio de esto se comprometieron a devolver los cautivos que retenían, permitirían el ingreso de misioneros católicos y prometían no prestar ninguna colaboración a los corsarios holandeses que merodeaban al sur del río Bío Bío, con intenciones de conquista.
Durante la Vta Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, celebrada en octubre de 1995 en San Carlos de Bariloche, representantes mapuches entregaron al Rey español Juan Carlos I un documento que exigía el reconocimiento de la vigencia de ese tratado.
En esa presentación falsearon la verdad ya que expresaron que ese parlamento lo celebraron los ancestros de de la familia Epullan con u Virrey del Río de la Plata, sin precisar su nombre, en el siglo XVIII, cuando en realidad lo hicieron con el Capitán General de Chile Francisco López de Zúñiga, pues al celebrarse el Parlamento de Quillín (1641) faltaban ciento treinta y cinco años para que se crease el Virreinato del Río de la Plata.
El presente trabajo está tomado literalmente, del libro:
LAS OPERACIONES DE INTELIGENCIA DEL GENERAL JOSE DE SAN MARTIN EN LA GUERRA DE EMANCIPACIÓN SUDAMERICANA
1ª Edición
Ciudad Autónoma de Buenos Aires:
Comisión de la Tropa Técnica de Inteligencia San Juan Apóstol y Evangelista, 2019
Autor: Dr. Jorge Gabriel Olarte Miembro de Número del Instituto Nacional Sanmartiniano.
Comisión de la Tropa Técnica de Inteligencia San Juan Apóstol y Evangelista Avenida Cabildo 381 Instituto Geográfico Nacional 3er Piso CABA
TE: (011) 4899-2974/4346-6100 int 1476
El presente artículo está tomado literalmente, del libro:
Omitiendo algunos párrafos que no tienen que ver con el propósito de este breve escrito en relación al actual tratamiento del tema mapuche, su pretendida condición de pueblo autóctono y la también pretendida soberanía.
Libro recomendable por la información histórica, sus fuentes y análisis, con la óptica de un historiador sanmartiniano y un analista de inteligencia.