Por Hannan Serroukh –Especial Total News Agency-TNA-
Las mezquitas , ONGs islamistas y el entramado político que hay alrededor de estas organizaciones no paran de comunicar y publicar los actos de puertas de las mezquitas donde invitan a sus vecinos ha conocer desde dentro estos espacios de culto, donde escuchan discursos de hermandad y la gran bondad que hay en la fe musulmána para acto seguido servir el típico lote de pastas y te. Esta actividad se intensifica en el mes de ramadan, este sagrado mes copa la agenda política y en las redes sociales son muchos los dirigentes que se afanan en querer ser los primeros en felicitar el Ramadan, curioso es que en navidad o semana santa esto no sucede así.
En general en estos actos de puertas abiertas siempre hay una representación política y en ocasiones incluso algún miembro de las fuerzas de seguridad.
En esencia el mensaje es simple, esta destinado a los vecinos del barrio y en síntesis les vienen ha decir “veis no hay que tener miedo somos buena gente , vuestro recelo desconfianza y incomodidad es producto de vuestros prejuicios, vamos quien no está en una mezquita es que no esta a la moda “
Y me pregunto yo ¿Pero en serio creen que a los ciudadanos nos crea inquietud el Islam? Y está inquietud se resuelve con el día de puertas abiertas?
Este clásico planteamiento proviene de quienes si tiene prejuicios y rechazo aquellos ciudadanos que se preocupan por lo que les rodea lo que sucede en su vecindario, ciudadanos que día a día ven como cambian la dinámica de convivencia, ven las actividades del ir y venir de las mezquitas cuando estás puertas están cerradas, vecinos que les genera inquietud ver como el paisaje de sus vecindario se tiñe de negro y cuando estos ciudadanos tienen preguntas quieren saber que pasa , no porque tengan prejuicios o sean racistas , si no que quieren dialogar para participar en la transformación social en que estamos sumergidos todos . Estos vecinos se encuentran con los verdaderos prejuicios de quien sin escucharles les tacha de islamofobos, racistas, los prejuicios viene por parte de quien no acepta el diálogo.
Pero claro, gracias al concepto de puertas abiertas y postura política, lo que provocan es que los vecinos callan ese mal estar, esa sensación de sentirse desplazado se ven obligados a callar porque ante la postura de las puertas abiertas quien va querer ser el malo en decir la verdad que incómoda al político que tan feliz que viene hacerse la foto con el imán.
Por ello estas puertas abiertas lo que provocan es que las mentes estén cerradas , porque en nuestro país no tenemos problemas con la fe muslma nada que ver, lo que nos inquieta y preocupa es el crecimiento en los barrios y municipios de zonas islámicas donde la convivencia y los mecanismos de relaciones están basados en la ley islámica.
Es una respuesta muy simple y un recurso fácil acusar de racismo ha quienes no comparten ciertas ideas y conductas a quien le impacta ver por sus calles mujeres detrás de los hombres, niñas vestidas de negro, espacios ocupados sólo por hombres. No es una cuestión religiosa ni de visitar una mezquita por dentro.
Se trata de que modelo de convivencia, como usamos el espacio público donde todos nos sentamos seguros donde el espacio sea de todos.
Algunos dirán, y que opciones tiene los espacios de culto musulmán para que forme parte de nuestro paisaje, como hacemos para que lo identifiquen como lo hacemos en nuestro barrio.
La respuesta es simple, empecemos a tratarlos como lo que son, espacios de culto, menos visitas y mitigins políticos y más acción conjunta entre iglesia, mezquita y sinagogas.
Seguro que así conseguirá el reconocimiento y respeto del conjunto de la sociedad como espacio de culto.
Porque las verdaderas mezquitas nunca deberían haberse convertido en sedes de partidos políticos ni los imanes en sus delegados.
El problema no es la mezquita si no las mentes cerradas, que han abierto la puerta como escenario para sus fotos, sin saber escuchar a los vecinos ni pensar en el futuro de todos.