La Embajada de Israel en Buenos Aires emitió un comunicado en el que manifiesta su “preocupación” por las actividades en Sudamérica de aerolíneas iraníes vinculadas al envío de armas al grupo terrorista Hezbollah.
“El Estado de Israel está particularmente preocupado por la actividad de las compañías aéreas iraníes Mahan Air y Qeshm Fars Air en América Latina, empresas que se dedican al tráfico de armamentos y al traslado de personas y equipos que operan para la Fuerza Quds, las cuales están sancionadas por Estados Unidos por estar involucradas en actividades terroristas”, reza un comunicado emitido por la Embajada de Israel en Buenos Aires.
El texto alaba la rápida reacción de las autoridades argentinas que actualmente están inspeccionando un sospechoso avión venezolano-iraní retenido en el aeropuerto internacional de Ezeiza, el principal de Argentina.
“El Estado de Israel desea expresar su reconocimiento por el accionar rápido, efectivo y firme de las fuerzas de seguridad argentinas que identificaron en tiempo real la amenaza potencial de la aeronave a la luz de las sanciones que le fueron impuestas”, añade la Embajada israelí.
Días atrás, Estados Unidos manifestó, a través de su representante en la capital argentina, que “sigue con interés” los acontecimientos.
“Seguimos con gran interés las investigaciones judiciales y policiales de la tripulación y el avión, y agradecemos los esfuerzos investigativos de las autoridades argentinas para esclarecer la situación”, apuntó el embajador de Estados Unidos en Buenos Aires, Marc Stanley en una declaración enviada a los medios locales.
Fuentes judiciales confirmaron que la Justicia de Argentina realizó una inspección al avión venezolano-iraní retenido en el aeropuerto internacional de Ezeiza.
La inspección al avión fue ordenada por el juez Federico Villena, que investiga las circunstancias en que el aparato, un Boeing 747 de carga, llegó a Argentina.
El avión fue propiedad de la empresa iraní Mahan Air y actualmente pertenece a Emtrasur, filial del estatal Consorcio Venezolano de Industrias Aeronáuticas y Servicios Aéreos (Conviasa), empresas que están sancionadas por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
La aeronave llegó a Argentina el pasado 6 de junio procedente de México, previa escala en Venezuela, con destino al aeropuerto de Ezeiza, en la periferia de Buenos Aires, pero debió hacer antes una escala en el aeropuerto argentino de Córdoba por razones climáticas.
El 8 de junio despegó de Ezeiza hacia Uruguay a cargar combustible, pero aterrizó nuevamente en el principal aeropuerto argentino porque el país vecino no habilitó su aterrizaje.
En Argentina, las petroleras no cargaron combustible al avión por temor a las sanciones de Estados Unidos.
El juez Villena investiga si la tripulación del avión, cinco iraníes y catorce venezolanos, tienen vínculos con el terrorismo internacional, ya que uno de sus integrantes, el iraní Gholamreza Gashemi, posee el mismo nombre que un miembro de las Fuerzas Quds, una división de los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica, definida por Estados Unidos como una organización terrorista.
La Justicia retiró los pasaportes de los 19 miembros de la tripulación, impidiendo su salida del país, e incautó el avión para obtener más datos sobre qué hacían estas personas en Buenos Aires.
Fuentes gubernamentales de Argentina -país que ha sufrido dos graves atentados terroristas atribuidos a altos mandos de Irán y al grupo Hezbollah- han asegurado que ninguno de los miembros de la tripulación tenía antecedentes o pedidos de captura internacional en su contra. Aurora y EFE
Fuente Aurora