Pero una nutrida facción de los manifestantes avanzó luego hacia la Asamblea Nacional, ubicada a pocos metros y custodiada por un cordón de militares y policías que los indígenas intentaron quebrar. Un grupo de mujeres encabezaba la protesta.
Ante la presión, los uniformados reaccionaron con bombas de gas lacrimógeno y granadas aturdidoras, mientras los manifestantes lanzaban piedras. La multitud se replegó hacia un parque vecino a la Casa de la Cultura.
El líder de las manifestaciones, Leonidas Iza, se vio sorprendido mientras daba una entrevista que fue interrumpida por las fuertes detonaciones.
“Eso es una mala señal realmente. Habíamos pedido a nuestras bases que simplemente podamos hacer una marcha pacífica”, declaró Iza, presidente de la poderosa Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie).
Unos 14.000 manifestantes se movilizan en varios puntos del país para exigir alivios frente al elevado costo de vida, encarecido por el alza de combustibles.
Solo en Quito, unos 10.000 indígenas presionan al presidente Lasso, aislado por covid.
Fuentes en la capital del país consultadas por Ámbito comentaron que la situación en la ciudad era insostenible debido a que el bloqueo de los caminos sumado al caos diario ha limitado el abastecimiento de combustibles y alimentos. Medios estimaron que las pérdidas para el país serán millonarias.
En paralelo, cientos de indígenas ocuparon a la fuerza una central eléctrica en el sur del país, aunque el abastecimiento estaba garantizado.
En una economía dolarizada, donde los combustibles son subsidiados, el incremento de la gasolina y el diésel encareció los fletes. Los indígenas alegan que están cosechando a pérdidas.
Lasso, en tanto, argumenta que esta protesta es un intento por correrlo del poder. Las Fuerzas Armadas le han otrogado su respaldo explícito.
Fuente Ambito