
Al tiempo, trascendió un paquete de medidas a través del cual el gobierno de Jair Bolsonaro planea obstaculizar los abortos permitidos por la ley.
En 2021 se registraron 37.735 abusos sexuales en perjuicio de menores de hasta 13 años, siendo que el 85,5% de las víctimas era de sexo femenino, de acuerdo con un estudio del Forum Brasileño de Seguridad Público a pedido del Instituto Liberta.
El informe reporta que el 86% de los delitos fueron realizados por parientes cercanos de los niños.
El 40% fue perpetrado por padres o padrastros de las víctimas, el 37% por hermanos o primos y en el 9 % de los casos el agresor fue el abuelo.
Que los delitos sean causados por personas de la familia perjudica tanto la denuncia del crimen como la eventual interrupción del embarazo de las menores.
“De hecho son más de cuatro niñas de menos de 13 años estupradas por hora, en Brasil cada año tenemos más de 21.600 niñas que quedan embarazadas antes de los 14 años de edad“, señala Luciana Temer, presidente del Instituto Liberta.
En Brasil, el aborto es legal en caso de violación, de riesgo de vida para la madre y de bebés encéfalos.
En el sureño estado de Santa Catarina, la jueza Joana Ribeiro, no autorizó el aborto, al que calificó como “homicidio”, de una menor de 11 años violada y ordenó que ésta fuera enviada a un albergue público sin contacto regular con su madre, que apoyaba la interrupción.
El caso desató una polémica ante la cual el presidente, Jair Bolsonaro, calificó como “inadmisible” la interrupción del embarazo.
Mientras tanto, la prensa informó que el ministerio de Salud analiza un conjunto de medidas para obstaculizar la interrupción del embarazo incluso en los casos previsto en ley.
Fuente Ambito