El presidente del Gobierno y el de la Generalitat han coincidido hoy en la entrega de los premios de la patronal Pimec en Barcelona. Un encuentro breve, apenas un fugaz intercambio de palabras, antes de que en pocas semanas o días -en una fecha aún sin concretar- se produzca la reunión que debe simbolizar un aparente deshielo tras meses turbulentos por el caso Pegasus. De hecho, y en la noche previa a la inauguración de la cumbre de la OTAN en Madrid, la intervención de Pedro Sánchez, tampoco se esperaba otra cosa, ha tenido un contenido eminentemente económico. En el escenario del Camp Nou, sobre el mismo césped, Pere Aragonès y Pedro Sánchez se han sentado al lado uno del otro, en un encuentro aparentemente cordial, el mismo tono que justo después del estallido del caso Pegasus protagonizaron en otro foro económico barcelonés, en ese caso el del Círculo de Economía. De sus palabras, de sus gestos, no puede deducirse si el deshielo de las relaciones será más o menos rápido, o si el encuentro oficial anunciado recientemente tras la reunión entre el ministro Félix Bolaños y la consejera Laura Vilagrà, será más o menos inmediato. Tanto fuentes de la Presidencia de la Generalitat como del Ejecutivo de Sánchez han precisado a ABC que, de hecho, Sánchez y Aragonès no han tenido oportunidad de hablar a solas. Sí han departido en un grupo más amplio en el que se encontraban, entre otros, las alcaldesas Ada Colau y Núria Marín, la ministra Raquel Sánchez y el presidente de Pimec, Antoni Cañete. En ningún caso, han añadido, se ha abordado la situación política, sí en cambio sobre las consecuencias económicas de la guerra de Ucrania. En su intervención, y en nombre de las pequeñas y medianas empresas de Cataluña, Antoni Cañete ha reivindicado ante el presidente Sánchez una legislación más favorable para unas firmas que dan empleo al 75% de los trabajadores y que aportan en 62% del PIB. En este contexto, Cañete, ha apelado a una reivindicación histórica, el de la representatividad de las pymes en el diálogo social. «Presidente, no habremos cerrado la transición democrática hasta que las pymes no estén representadas con voz propia en el diálogo social», ha añadido. El presidente de la Generalitat, durante sus palabras, ha reivindicado el papel de las pequeñas empresas y el rol de Cataluña como tierra para el desarrollo de las corporaciones. La prórroga hasta 2030 de la vinculación del Mobile World Congress ha sido puesto en valor por el presidente catalán, del mismo modo que ha valorado la concertación social y la emprendería como elementos imprescindibles para el progreso. En la única alusión que ha podido leerse en clave política, y ante Sánchez, Aragonès ha levantado la bandera del déficit de infraestructuras, uno de los grandes clásicos del denunciado agravio catalán y que, en parte, explican el ‘procés’. «Hay una infrafinanciación crónica y una infraejecución crónica. De eso hay que hablar». Aragonès ha reivindicado en este sentido la creación de un «mecanismo» para garantizar la ejecución de lo presupuestado: «Nosotros nos comprometemos con las obras de la Generalitat». Aragonès se ha quejado en concreto del ‘insuficiente’ servicio de Cercanías o de la lentitud en la ejecución del corredor ferroviario del Mediterráneo. Por su parte, y más allá de alusiones genéricas al «diálogo» («soy un firme creyente en el diálogo, y por necesidad y convicción lo hemos hecho en los últimos años»), Sánchez ha reivindicado la unidad interna de Europa como forma de responder ante lo que ha definido como desafíos externos, en alusión a la agresión bélica en Ucrania, una unidad, ha recordado, que sí se demostró con la compra unitaria de las vacunas o la mutualización de la deuda. En el mismo plano, ha puesto en valor los 15.000 millones de euros puestos por el Gobierno para tratar de «amortiguar los ecos de la crisis derivados de la guerra». Al acabar su intervención, y sin esperar a cenar, Sánchez ha abandonado el acto, momento en el que Aragonès le ha acompañado hasta la salida. Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha aprovechado su intervención para exigirle una investigación por los hechos sucedidos en la frontera de Melilla. Premios de Fomento del Trabajo
En la misma jornada, horas antes, el presidente de Fomento del Trabajo, Josep Sánchez Llibre, ha defendido una «política común» en el ámbito cultural, gastronómico y turístico, entre otros, entre Barcelona y Madrid, que se fijará en una cumbre que ha avanzado que la patronal celebrará en la capital española. Lo ha dicho en la entrega de las Medallas de Honor anuales de la patronal catalana y de los XV Premios Carles Ferrer Salat, este lunes, Día de la Empresa, en la que ha participado el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès; la presidenta del Parlament, Laura Borràs; y el consejero de Empresa y Trabajo, Roger Torrent. Sánchez Llibre ha insistido en que el gobierno municipal de Ada Colau en Barcelona está empeñado en mantener «una política de decrecimiento, la política del ‘no’», mientras que Fomento del Trabajo defiende potenciar la ciudad desde el punto del vista del crecimiento. La patronal ha entregado su Medalla de Honor a la trayectoria profesional al presidente del Automobile Barcelona, Enrique Lacalle, y la Medalla de Honor al empresario del año a los consejeros delegados de Grifols, Víctor Grifols Deu y Raimon Grifols Roura.
Fuente ABC