Uno de los testimonios de las víctimas de la líder de Tupac Amaru que, durante el juicio, se presentaron con identidad reservada. El dinero a Máximo Kirchner y Andrés Larroque, las amenazas y las obras que se cobraron pero no se hicieron.
La dirigente jujeña Milagro Sala continúa presa desde la pronunciación de su condena en el año 2016. Cayó tras un tendal de denuncias por malversación de fondos, corrupción, abusos y amenazas sobre sus propias agrupaciones y militantes.
Según muestra el sitio Realpolitik , una de las declaraciones de los testigos que durante el juicio tuvieron el beneficio de la identidad reservada, pero que ahora lograron quebrar el silencio y trascender a la luz pública. Se trata de Mabel Balconte, quien no dejó detalle librado al azar.
En el relato, se aportan datos significativos sobre el mecanismo de amenazas y corrupción que atravesaba a la Tupac Amaru y la forma en la que estos le rendían cuentas en efectivo y en numerosos bolsos a los dirigentes Máximo Kirchner, Julio De Vido y Andrés “Cuervo” Larroque.
La denuncia de Balconte fue realizada ante la fiscalía Penal Nro. 7 de Jujuy, en donde la dirigente de la organización social 14 de Febrero, que dependía directamente de Sala, explicó cómo funcionaba el oscuro entramado por dentro. La organización se dedicaba, al menos en los papeles, a la concreción de obras como viviendas de uno y dos dormitorios, refacciones en escuelas y mejoras en general.
De acuerdo a Balconte, la dirigente Milagro Sala tenía un trato abusivo y amenazante a sus propias dirigentes, para asegurarse que ninguna fuera a renunciar o a llevar adelante una denuncia respecto a lo que sucedía puertas adentro. “Hija de puta, cajeta de mierda”, era la forma habitual de referirse a sus principales subordinadas, de acuerdo a Balconte.
“La organización llevaba adelante obras en localidades como San Pedro, El Acheral, Rodeito, Villa Monte, El Fuerte, Calilegua, El Palmar, etcétera. Milagro nos amenazaba y nos pedía que facturemos por obras supuestamente ejecutadas en otros barrios, que nosotros no conocíamos y no sabíamos si se habían hecho o no. Después nos presionaban para que hagamos los trámites administrativos en el Instituto de la Vivienda”, afirmó.
De acuerdo al testimonio, los cheques del Instituto de la Vivienda eran retirados y entregados al contador de la propia Sala, llamado Lucio Abregú. De allí, se los trasladaba al Banco Nación de la calle Alvear y Necochea, en Jujuy, para ser cobrados.
“Quienes iban al Banco Nación eran Gladis Díaz, Mirta Aisama, Mirta Guerrero y Patricia Jaldín, quienes lo metían en bolsos, lo cargaban en dos autos y se iban a la casa de Milagro Sala”, aseguró la testigo.
Balconte era uno de los que iba entonces a la casa de Milagro Sala a contar el dinero. De acuerdo a la testigo, allí estaban Marcia Sagardia y Javier Nieva. “Íbamos a lo de Milagro porque ella tenía la contadora de billetes”, aseguró. “Quien siempre estaba allí controlando la plata era Alejandro ‘Coco’ Garfagnini, quien es el vocero de la Tupac y era el nexo con Máximo Kirchner y Andrés ‘Cuervo’ Larroque”.
En efecto, los bolsos eran llevados desde la casa de Milagro Sala directamente a la Quinta de Olivos. “A veces íbamos en varios autos y, cuando era mucha plata, lo dividíamos en varias valijas y nos íbamos en avión”, asegura Belconte.
“Primero llevábamos la plata a un departamento alquilado por Sala en la Ciudad de Buenos Aires, en la calle Lima 265, frente al ministerio de Desarrollo Social. Ahí contábamos por última vez el dinero y Milagro lo llevaba a la Quinta de Olivos. En la Quinta sólo entraba ella con los bolsos, el resto esperábamos en una confitería de la esquina”, detalló.
De acuerdo a la declaración, Sala obligaba a algunos de sus dirigentes a prestar la firma para convenios con Julio de Vido. “Nos llevaban a firmar convenios de obras, y de ahí Milagro se reunía con José López, que era quien autorizaba los pagos”, aseguró. Asustada, Balconte relata las amenazas a las que era sometida. “Si decís algo, vas a terminar en el fondo de un dique mirando los pececitos de colores”, relató angustiada.
Vale aclarar que, gracias al cierre del juicio oral y público, en el que finalmente se condenó a Milagro Sala, estos testimonios pueden ser dados a conocer luego de un extenso tiempo de reserva judicial.
Fuente Realpolitik