
La idea de un racionamiento planteada por la Comisión Europea, (CE, órgano ejecutivo de la UE) llevaría a limitar la calefacción de ciertos edificios, aplazar el cierre de las centrales nucleares e incitar a las empresas a reducir sus necesidades.
Los Estados deberán detallar antes de fin de septiembre sus hojas de ruta para alcanzar este objetivo. Algunos, como Finlandia y Países Bajos, ya han alcanzado esta meta. España fue el primer país en manifestar su oposición al proyecto.
Rechazo
En tanto, en un contexto de inflación máxima en cuatro décadas debido al encarecimiento de los costos de la energía y de una recesión en ciernes, la organización que representa al empresariado europeo advirtió ayer que cualquier decisión de frenar la actividad económica para reducir el uso del gas ruso tendría “efectos desastrosos”.
“La reducción forzosa de la producción tendría efectos desastrosos, y a menudo irreversibles, sobre las empresas”, dijo Markus Beyrer, director general de Business Europe. “Debe considerarse solo como una opción de último recurso”, añadió en un breve comunicado.
Las interrupciones que se registraron hasta ahora han dificultado los esfuerzos de la UE por llenar sus depósitos de gas antes del invierno boreal, lo que aumenta el riesgo de un racionamiento de hecho y otro revés al frágil crecimiento económico del bloque. La situación se agravaría en caso de que Moscú restrinja aun más los suministros en represalia por las sanciones de Occidente por la guerra en Ucrania.
Alemania es el país más dependiente del recurso. Según previsiones del Fondo Monetario Internacional (FMI) publicadas ayer, una interrupción del suministro de gas ruso reduciría el PBI de Alemania en 1,5% este año, en 2,7% el que viene y en 0,4% en 2024.
Objetivo
La CE propuso en concreto un objetivo de cumplimiento voluntario para que todos los Estados del bloque reduzcan el uso de gas en un 15% entre agosto y marzo, en comparación con su consumo medio en el mismo periodo de 2016 a 2021.
“Rusia nos está chantajeando. Rusia está utilizando la energía como un arma. Y por tanto, en cualquier caso, ya sea un corte parcial, importante, del gas ruso, o un corte total, Europa tiene que estar preparada”, dijo la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.
La propuesta permitiría a Bruselas hacer obligatorio el recorte en caso de emergencia de suministro.
La medida, que necesita el respaldo de los Estados miembros de la UE, se debatirá el viernes para que los ministros puedan aprobarla en una reunión de urgencia el 26 de julio.
“Creemos que es probable que se produzca una interrupción total y es especialmente probable si no actuamos y nos hacemos vulnerables a ella”, dijo un responsable de la UE. “Si esperamos, el gas será más caro y significará que bailaremos al son de Rusia”.
Desafío
Los países de la UE están intentando garantizar que sus instalaciones de almacenamiento estén llenas en un 80% para el 1 de noviembre, frente al 65% actual, según datos oficiales.
Los políticos europeos han acusado a Rusia de hacer política con sus suministros de gas, utilizando cuestiones técnicas como pretexto para reducir las entregas. El Kremlin dijo que Rusia sigue siendo un proveedor de energía confiable y achacó la reducción del suministro a las sanciones.
Dos fuentes rusas familiarizadas con los planes de exportación de Rusia dijeron que se espera que los flujos de gas a través de Nord Stream 1 se reanuden hoy. Sin embargo, las fuentes rusas afirmaron que el suministro se situará por debajo de su capacidad de 160 millones de metros cúbicos al día.
El gigante energético Gazprom, controlado por el Kremlin, recortó las exportaciones de gas por la ruta al 40% de su capacidad en junio, culpando a los retrasos en el retorno de una turbina que Siemens Energy estaba revisando en Canadá.
Fuente Ambito