Un par de líneas para quienes no conozcan su argumento: “Persuasión”, publicada en 1818, es la historia de Anne Elliot (Dakota Johnson), hermana del medio de una familia venida a menos que debe abandonar su lujosa residencia en Kellynch Hall y establecerse en una casa más modesta en la ciudad de Bath. Años antes, Anne, por consejo de Lady Russell, la mejor amiga de su madre, ya muerta, había rechazado al hombre que amaba, un marinero llamado Frederick Wentworth (Cosmo Jarvis), indigno de su clase. De allí el título: Anne fue persuadida a despreciar a ese hombre en el que nunca dejó de pensar pese al paso de los años; pero la fortuna siempre se guarda un as en la manga: en el presente del relato, Wentworth regresa, convertido en almirante, y rico.
En la primera escena, flashback de Anne y Frederick tendidos en la pradera mientras, se supone, ella le está planteando la separación, a él se le desliza una enorme lágrima por la nariz. Primer indicio sobre el efecto que provocó el film: o lo que veremos será el colmo del kitsch, o la directora ya empezó a tomarse a la chacota las sensiblerías del mal cine neorromántico.
No hay más que ver otro par de escenas para confirmar la segunda hipótesis: Anne, que en todo momento le habla al espectador (el recurso de romper la cuarta pared también sacó de quicio a los incondicionales). ha guardado en un cofre los recuerdos de Frederick: sus cartas de amor, un rizo de su cabello, y otro rizo más grande de Sansón… su caballo, además del cencerro que usaba el animal. El espectador que a esa altura no se ha indignado ya estará riendo a sus anchas. Y luego viene la estocada final: Lady Russell, la consejera, que en la novela es más británica que la reina Victoria, está interpretada por una actriz negra nigeriana (Nikki Amuka-Bird), y el cuñado de Anne es mulato. Cartón lleno, y todavía falta mucho más.
Sin embargo, pese a todo lo dicho, una virtud de esta singular versión de Cracknell es que en ningún momento cae en la parodia completa, ni en la grosería, ni en las hipérboles, ni en los narcisismos de estilo, como el insufrible Bazz Luhrman en sus versiones de “Romeo y Julieta” o “El gran Gatsby”. Por el contrario, “Persuasión” está filmada con delicadeza, y con el mismo espíritu de cualquier otra adaptación de un film sobre las clases altas en la época de la Regencia, sólo que con esas marcas estrafalarias que seguramente han llevado a quienes tanto se incomodaron a que todavía se pregunten: ¿pero esto fue en serio o nos ha tomado el pelo?
“Persuasión” (Persuasión, G.B.,EE.UU., 2022). Dir.: C. Cracknell. Int.: D. Johnson, C. Jarvis, S. Waterhouse (Netflix).