Por Carlos Pagni
El ajuste será corto en términos fiscales porque la inflación se lo va a ir comiendo y será necesario profundizarlo. El nuevo ministro de Economía podría quedar pegado.
En el mundo anglosajón existe una expresión que es “tocar el tercer riel”. ¿A qué se llama tocar el tercer riel? Además de los dos rieles por donde transitan los trenes o, sobre todo, los subterráneos, hay un tercer riel que lleva la electricidad de alto voltaje que alimenta a los vagones. La expresión, entonces, quiere decir quedarse pegado, carbonizado. Se usa esa expresión para temas muy difíciles.
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El Gobierno -y dentro del Gobierno, Sergio Massa- están tocando el tercer riel. Estamos hablando de energía, de luz, del aumento de tarifas. ¿Por qué decimos que es el tercer riel? Porque son temas que ningún gobierno quiere encarar porque son complicados. Es como tocar las jubilaciones. Se arman movidas enojosas.
En Colombia hicieron lo que quiere hacer Massa acá, inclusive con aumentos segmentados de tarifas y le estalló Bogotá a Iván Duque, el presidente, que se fue ayer. Lo que vimos como un estallido social empezó con un aumento en el precio del transporte, igual que la salida de Dilma Roussef en Brasil, en el 2003, empezó una salida que terminó en un impeachment. Todo empezó con aumentos de energía.
Si uno mira las encuestas y recuerda qué contestaba la gente cuando se enojó con Mauricio Macri, los que lo abandonaron después de haberlo votado decían: “El aumento de tarifas”. Es como una síntesis, como una especie de metáfora de todo lo que significa “ajuste”.
El Gobierno encara esta tarea con una especie de justicia poética. Finalmente le toca al kirchnerismo pagar la factura de lo que fue un gran atraso tarifario, central a la anterior experiencia kirchnerista que era regalar el gas y la luz. Ahora vamos a tener que empezar a pagarla y tiene problemas esta implementación. ¿Por qué?
Primero, porque, por ejemplo, en el caso de la electricidad, de todo el mundo que la consume, hay un 30% que no recibe subsidio. ¿Quiénes son? Los usuarios industriales. Dentro de los que recibimos subsidios estamos un 45% que son las casas de familia, residenciales, y un 30% que son comercios. Del subsidio a los comercios el gobierno no habla. Ese subsidio va a seguir, quiere decir que va a haber un costo fiscal ahí.
Después viene el retiro de subsidios para aquellos que estén en una categoría social superior a los que tienen $300.000 de ingresos, si son una familia, o que tienen determinado nivel de patrimonio.
Ahí empiezan los problemas para implementar, ¿por qué? Supongamos el caso de un matrimonio de jubilados, que tiene dos departamentos y por tenerlos le quitan el subsidio, pero cobran la jubilación. No pudieron pedir que les sigan manteniendo el subsidio.
¿Qué pasa con los inquilinos? El inquilino que recibe la boleta de la luz a nombre del propietario no puede pedir el subsidio. El propietario no tiene derecho al subsidio. El propietario, ¿le va a ayudar a pagar la luz al inquilino?
Todo este ajuste que se va a hacer va a durar poco en términos fiscales porque la inflación se lo va a ir comiendo. El año que viene el Gobierno va a tener que volver a aumentar tarifas si no quiere pagar más subsidios, inclusive más de los que está pagando hoy. Y si hay devaluación se arma el gran problema porque toda la energía se alimenta de cosas que hay que pagar con dólares, como gas, combustible, gasoil, etc.
Estamos ante una escena que no pensábamos ver, el kirchnerismo aumentando tarifas. Massa dentro del kirchnerismo tocando el tercer riel.
Fuente TN