Por Mariano Vidal
La conversación ilustra el crecimiento patrimonial de los líderes Juan Percowicz (84) y Susana Mendelievich (75). Contribuciones en dólares y lavado de activos.
“Éramos todos muchos más pobres que ahora. Yo cuando te conocí tenía dos pesos en la cartera“, dice Susana “Mendy” Mendelievich (75). Se la escucha agradecida con Juan “Papito” Percowicz (84). Considera que es responsable de “un milagro”. Uno que le permitió enriquecerse y vivir, “un bienestar que nunca habría logrado” sin la Escuela Argentina de Yoga (EYBA), la secta de Villa Crespo que ahora quedó en el ojo de la Justicia.
Allí, “Mendy” era una de las referentes de una rama muy fructífera de financiación: el negocio de la prostitución VIP.
La charla es parte de las escuchas que tiene en su poder la justicia y que ilustran la pata financiera de la EYBA, un crecimiento patrimonial en dólares y propiedades, cimentado en —entiende la Justicia— el sometimiento de los alumnos que eran captados. Esta situación ocurría de distintas vías, desde el pago de una membresía en dólares hasta el trabajo sexual.
Juan Percowicz, el líder de la secta Escuela de Yoga. Foto: Twitter Pablo Salum- @Leyantisectas
Así lo señala la investigación que llevó más de un año de trabajo por parte de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX) y el juzgado federal de Ariel Lijo. Esto dejó al descubierto un entramado que —según sospechan— utilizaba distintos mecanismos legales en Argentina y Estados Unidos para blanquear dinero y bienes. Edificios de oficinas en Las Vegas, departamentos en Buenos Aires, autos.
Incluso no dudan en remarcar la vida de millonarios que tenían sus propios integrantes, una situación que estaba presente en las charlas que tenían entre los líderes. Mientras con los alumnos hablaban de crecimiento espiritual, entre los referentes de la cúpula destacaban el crecimiento patrimonial.
“Los que me siguen, ganaron”
En las escuchas de la causa, y a las que tuvo acceso Clarín, la charla entre “Mendy” y Percowicz es particularmente ilustradora del fenómeno recaudatorio que representó BAYS (Buenos Aires Yoga School), la subsidiaria estadounidense de la escuela que operaba en CABA. Es por eso que no dudan en calificarla de “un milagro”.
En ellas, el líder comenta que estuvo repasando videos de las primeras clases que dio en la década del ’80 y le llamó la atención un detalle particular: todos se vestían con ropa “mucho más pobre”, según sus palabras. “Éramos todos mucho más pobres que ahora. Uno no se daba cuenta“, le responde Mendy.
Luego le agradece por estos milagros. “Estos son milagros, son enormes milagros porque realmente no estaba escrito para nosotros tener esta vida tan abundante, Juan. Tan abundante. Vos a todos nos diste un bienestar que nunca hubiéramos logrado sin vos“, le dice.
“No, seguro que no. Era imposible. Los que me siguieron, ganaron“, se jacta Percowicz.
Las notas sobre la Escuela de Yoga publicadas por Clarín entre 1995 y 1996.
Sin embargo, no son todos ganadores. Solamente los cargos más altos de la escuela. Según el esquema que ordenaba a la secta, existía un camino de siete escalones que representaban el crecimiento que debían atravesar los alumnos para alcanzar una “elevación espiritual”.
Así, pasaban de ‘humanos’ a ‘ ‘genios’ o ‘apóstoles’ antes de lograr el nivel 7, el ‘ángel’, reservado apenas a unos pocos privilegiados.
Para eso, el camino era la competa devoción hacia la secta. Quienes comenzaban con las dudas o los cuestionamientos eran reformados a través de distintos métodos de tortura como las llamadas ‘curas de sueño’, una terapia de drogas pensado para adormecer y atontar a las víctimas.
13-08-2022. Policiales. Operativo de la policía federal que realizó más de 40 allanamientos en diferentes edificios de la escuela de yoga, una organización criminal transnacional conocida antiguamente como sectas, acusada de llevar adelante crímenes como trata de personas, lavado de dinero, entre otros.
“Vivimos como gente rica”
En los audios, “Mendy” sigue agradeciéndole a “Papito” por un nivel de vida “de gente rica”: “Todos los que estamos en BAYS cerca tuyo viajamos, tenemos nuestros autos, nuestras casas, nuestra ropa, nuestras equipos electrónicos. Todo como si fuéramos millonarios“, se sincera la mujer.
Quienes alcanzaron el escalafón más alto lograron lucrativos negocios. “Mendy”, por ejemplo, era una de las referentes del negocio de “geisheado”, una prostitución VIP para empresarios y personas de poder que tenía como objetivo recaudar para la organización o lograr favores de figuras importantes.
Funcionaba en un departamento usado como “privado” sobre avenida Corrientes al 4900, en el Alvear Palace Hotel o en la sede de Estado de Israel 4457.
La secta operaba en Estado Israel 4457. Foto Martín Bonetto.
Según la investigación, muchos de esos encuentros registrados en esta última sede fueron grabados y permanecen en un archivo custodiado por una figura llamada C.B. Las “geishas” que trabajaban para la organización eran alumnas que habían sido captadas de muy chicas o entregadas por sus propias familias. Se les decía que estas prácticas sexuales eran el camino para crecer en la organización.
Pero uno de los grandes negocios de la BAYS ocurría en el exterior, donde se encontraban montadas sedes de la Escuela en Nueva York, Las Vegas y Chicago. Allí ingresaban alumnos que abonaban la matrícula de 200 dólares mensuales que se cobraba para pertenecer o escuchar las clases.
Había una política de confidencialidad: no se podía charlar ni comentar las enseñanzas que se daban en la escuela por fuera del ambiente y sus miembros.
Explotación sexual, curas milagrosas y lavado de activos: megaoperativo en Villa Crespo para desbaratar una secta internacional-
Otra de las patas que estaban en el exterior eran las sedes del centro médico de la escuela, que ofrecía el polémico método de la cura del sueño para tratar adicciones a las drogas. Uno, llamado We Are Candor, funcionaba en el estado de Nevada. Tenían una particularidad: siempre recomendaban a los pacientes que vayan a tratarse a Buenos Aires, en la sede ubicada en la zona del Abasto.
El tercer negocio en Estados Unidos consistía en un “banquito”, a través del cual se blanqueaban las divisas que recibía EYBA/BAYS y las reintroducía en el sistema financiero. El dinero llegaba a través de los alumnos que viajaban al norte llevando los fajos de billetes. Según estiman los investigadores, este aceitado esquema facturaba cerca de 500 mil dólares al mes.
“Lo logramos señor —cierra “Mendy” la charla—. Muchas gracias a vos, papi. Es un milagro maravilloso BAYS y vos sos la luz que lo ilumina todo el tiempo“, dice. La Justicia ahora trabaja por esclarecer ese esquema sombrío.
EMJ
Fuente Clarin