Por Juan Manuel Barca
El borrador prevé una devaluación del 50%, fuerte ajuste fiscal y subas de tarifas superiores al 100%. En Economía niegan la autoría del documento.
Devaluación del 50%, desdoblamiento cambiario, fuerte ajuste fiscal y suba de tarifas. Las recomendaciones figuran en el plan de “estabilización” que empezó a circular en las últimas horas y se le atribuye al viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein. El objetivo es “evitar una hiperinflación” con medidas que deberían implementarse desde este jueves, pero en el gobierno niegan que vayan a aplicarlo.
El documento “confidencial” de siete carillas data del 26 de julio pasado, cuando Silvina Batakis se encontraba en su primera gira en Washington y en Buenos Aires se definía sin que ella lo supiera su reemplazo por Sergio Massa. Según fuentes con conocimiento del borrador, el mismo fue una propuesta “teórica” que luego quedó cajoneada con el desembarco de Rubinstein en el Palacio de Hacienda, donde vio que era imposible su aplicación.
En el Ministerio de Economía aseguran que no les “consta” que el documento haya sido elaborado por el secretario de Política Económica. “Olvidate que pase eso”, señalaron en el equipo de Massa. Lo cierto es que su filtración a través de El Cohete a la luna fue leído en el mercado como una “granada” desde la propia coalición oficialista, en donde tanto Massa como Cristina Kirchner y Alberto Fernández rechazan una devaluación.
Justamente, el capítulo cambiario propone ese rumbo: allí, se plantea que lo más adecuado sería un mercado de cambios unificado y un tipo de cambio de “flotación administrada”, pero que no se recomienda aplicar en forma directa en un escenario de escasez de reservas, ya que podría crear “alta inestabilidad económica” y una brecha cambiaria muy alta “obligaría a una devaluación oficial del orden del 100%”.
En su lugar, la propuesta recomienda en una primera etapa un desdoblamiento cambiario en un mercado para operaciones comerciales y otro financiero. Esto, según dicho esquema provisorio, permitiría acumular reservas en el Banco Central y bajar el dólar blue a $280 “rápidamente” -hoy cotiza a $ 292-, aunque para reducir la brecha cambiaria al 30% “no habría más remedio que realizar una devaluación”.
“Propondría una devaluación cercana al 50%, llevando el dólar oficial a $200, y dejándolo fijo por ejemplo hasta marzo de 2023, e indexándolo desde abril 2023, bajo el sistema administrado”, señala el documento. La fecha de inicio del plan, se aclara en una nota al pie, es el 1 de septiembre y, de aplicarse esta semana, supondría llevar el tipo de cambio oficial de los $ 144 actuales a $ 216.
En cuanto a la política fiscal, el borrador plantea una política “civilizada” para eliminar en forma inmediata el déficit, después de desaconsejar “toda suerte de confiscaciones” (canjear encajes de depósitos en dólares en el BCRA por bonos en dólares a 10 años, canjear plazos fijos por bonos estatales y reestructurar la deuda en pesos) para evitar una hiperinflación.
El combo incluye emisión cero de pesos, suba de tarifas de gas, luz y transporte con subas promedio del 100% al principio y solo subsidios para la población más vulnerable (1,3% del PBI), eliminación de transferencias discrecionales a las provincias (0,6% del PBI) sin impedirles la posibilidad de que aumenten impuestos, recorte del 50% en la obra pública y suba “moderada” de impuestos.
Por último, se propone un esquema de “acuerdos de precios y salarios” por seis meses, alineados con la suba esperada de la inflación en función de las devaluaciones y subas de tarifas. Y entre las conclusiones, se destaca que es imprescindible el “pleno apoyo político” de las máximas figuras del Frente de Todos, un “muy buen” plan técnico e implementación con un equipo “idóneo y empoderado”.
Fuente Clarin