“Tombolini nos dijo que quiere que sea una política pública bien quirúrgica y que se note el efecto en el precio del kilo de pan”, remarcó.
“De esa manera, Tombolini me aseguró que esa harina subsidiada llegue a los panaderos”, contó el titular de la FAIM.
A modo de ejemplo, afirmó que el nuevo mecanismo “va a ser como el plan PreViaje: los panaderos todos los meses van a presentar la factura de la harina que compraron y se les va a subsidiar $500, $600, $700 o $1.000 por bolsa, lo que se determine en ese momento, y se le va a dar la plata directamente a cada pandero”.
“En febrero, el trigo valía $25.000 y producto de la guerra (entre Rusia y Ucrania) llegó a valer $50.000”, recordó el molinero.
“Entonces, el Gobierno nos dijo ‘vendan harina como si compraran el trigo a $7.000 y la diferencia entre lo que compran el trigo y lo que yo les pido, casi $20.000 o $25.000 más, es lo que vamos a darles desde este fondo para que el pan no aumente'”, señaló.
“Creemos que es un sistema superador, porque dejarían de subsidiar la oferta para dirigirlo a la demanda y porque, lamentablemente, el sistema actual muestra que un 90% consume harina no subsidiada y un 10% harina subsidiada”, remarcó
Las palabras de Tombolini
A través de sus redes sociales, esta semana Tombolini aseguró que “no existe intención de eliminar” el FETA y destacó que decidió “cambiar el mecanismo compensando la demanda y orientando el subsidio sólo a la harina para producir pan”.
“No existe intención de eliminar el FETA”, sostuvo, al mismo tiempo que consideró que la herramienta tuvo “resultados parciales”.
El mecanismo -conocido como ‘fideicomiso del trigo’- entró en vigencia en marzo con el objetivo de desacoplar el precio interno del trigo del precio externo comenzada la guerra entre Rusia y Ucrania con fondos generados a través de 2 puntos de las retenciones que se cobran por las exportaciones de harina y aceite de soja, que son “distribuidos entre los molinos que participan” explicó el funcionario nacional.
“De esta manera se subsidia la bolsa de 25 kilos de harina que compran industrias, distribuidores, panaderías y afines”, puntualizó Tombolini.
Fuente Ambito