Por Guillermo Tiscornia
A propósito de la reciente producción cinematográfica “Argentina 1985” y no sin dejar de reconocer la convergencia de talentos artísticos que dieron lugar a tan destacada producción vale recordar que mientras la gestión gubernamental a cargo del fallecido Presidente de la Nación doctor Raúl R. Alfónsín deleitaba a la ciudadanía argentina a partir de la decisión política encaminada hacia el la celebración del juicio a las Juntas Militares sucedió que en aquellos años -y en forma decididamente clandestina- tuvieron lugar dos episodios de significativa trascendencia institucional.
En efecto, por un lado el Cartel de Cali liderado en aquellos años por el ciudadano colombiano John Arroyave Arias encontraba terreno fértil en las fronteras de nuestro país al punto tal que logró introducir la módica cantidad de cuatrocientos kilogramos de cocaína ( hasta donde pudo conocerse) siendo que dicha organización criminal ( de composición mixta) fue desbaratada en gran medida merced a la actividad jurisdiccional desarrollada por el entonces juez de feria ( 14/07/88) del Fuero en lo Penal Económico doctor Julio E.S. Virgolini lográndose de tal suerte el secuestro de tamaña cantidad de sustancia estupefaciente lo cual constituyó, a no dudarlo, un verdadero record para la época.
Lo otro que sucedió en aquellos recordados años ochenta fue que al tiempo que con mucha estridencia se publicitaba el recordado Juicio a las Juntas Militares bajo la mirada complaciente del propio doctor Alfonsín y de su equipo económico factores vinculados a aquella gestión de gobierno montaban una colosal maquinaria delictiva en rededor de la gestión vaciadora y fraudulenta del por entonces Administrador Nacional de Aduanas -Contador Juan C. Delconte ( condenado a la postre a la pena de 10 años de prisión).
De dicha actividad criminal derivó un perjuicio fiscal varias veces millonario para las arcas estatales. Todo ello sin dejar de reconocer el enorme valor cinematográfico que reviste la talentosa producción de “Argentina 1985”.
Pero con la necesidad de poner las cosas en su correcto contexto histórico. A no dudarlo a la luz del publicitado Juicio a las Juntas Militares comenzaba a cultivarse en la dirigencia política argentina una cultura encaminada hacia la concepción del Estado como un botín de guerra a ser saqueado a partir de las actividades criminales gestadas desde el mismo seno de los gobiernos de turno.
Y esa misma cultura llevó a que el sistema partidocrático argentina derivara en un genuino organigrama cleptocrático y tal como se demuestra a partir de múltiples episodios de corrupción estatal los cuales atravesaran a todas y cada una de las gestiones gubernamentales desde el 10 de diciembre de 1983 hasta tiempos actuales.
En una enunciación meramente ejemplificativa – no taxativa- por caso vale recordar a Juan C. Delconte, Juan C, Mazzorín, los resonantes casos IBM Banco Nación, IBM DGI, Aldo Daddone, Mario Daddone; Hugo Gággero, Genaro Contartese; Ricardo Cossio; idem el caso Aduana Paralela ( Gustavo A. Parino en el centro de la escena ); la Mafia del Oro (Enrique Piana) SEVEL S.A. que remite a una maniobra elusiva del control aduanero gestada en el marco de exportaciones de piezas y autopartes de vehículos de baja denominación contextualizada dentro de un régimen de intercambio compensado diseñado en rededor de la industria autopartista ( Franco y Mauricio Macri en el centro de la escena).
Vale recordar en ese recorrido histórico, entre otros, a María Julia Alsogaray, Víctor Alderete, etc. etc., luego Ricardo Jaime, Amado Boudou, Felisa Miceli, Romina Piccolotti, Lázaro Báez, Néstor y Cristina K, Carlos Menem y Domingo ( ambos condenados por peculado), etc. etc.). .
Guillermo J. Tiscornia
Ex juez nacional en lo Penal Económico