2. Descansar bien. Intenta dormir siesta (es importante informarse sobre cómo se respira durante el sueño).
3. Hacer ejercicio aeróbico moderado. No hace falta la intensidad: lo que importa es la habitualidad. No quedarse quieto. Por lo menos, caminar una media hora diaria.
4. Comer lo necesario y beber agua con frecuencia. Toda dieta sana debe contener cereales integrales, frutos secos, vegetales, verduras, pescado y aceite de oliva. No a los productos procesados.
5. Evitar las relaciones tóxicas. Ni hace falta decir por qué. La emocionalidad termina afectando la cabeza.
6. No fumar. Cada día surgen más datos sobre lo nocivo de este hábito, tan común décadas atrás.
7. Moderar el consumo de alcohol. Como mucho un vaso de cerveza/vino tinto al día.
8. Controlar la tensión arterial y el pulso del corazón.
9. Prevenir la generación de migrañas, que pueden derivar en coágulos.
10. Evitar el uso de anticonceptivos hormonales.
11. Mucho ojo con las infecciones crónicas: llevar una adecuada salud dental.
12. Si un familiar directo ha sufrido un episodio cardíaco antes de los 65 años, hacerse controles periódicos.
Fuente Ambito