El hecho de que, casi al mismo tiempo, dos directores encumbrados como Guillermo del Toro y Robert Zemeckis no tengan otra cosa que hacer que refilmar “Pinocho” es una demostración de la falta de ideas reinante, y esto más allá de los matices que una u otra película puedan tener. A ésta, del director de “Volver al futuro”, Disney (con buenas razones) decidió no sacarla de su plataforma hacia las salas de cine. Comparada con la animación clásica de sus gloriosos tiempos analógicos, esta mezcla de live action y animación digital resulta especialmente fría, por más momentos visuales que Zemeckis produzca desde que mezcló los actores con cartoons en “¿Quién engañó a Roger Rabbit?”.