Por Matías Moreno
La exministra de Seguridad recluta socios para contrarrestar la presión del jefe porteño, su rival en la disputa por la candidatura presidencial del partido fundado por Macri; irá a Mendoza y San Juan con Cornejo
Mientras Mauricio Macri sigue sin dar señales nítidas sobre su futuro y se enfoca en el lanzamiento de su nuevo libro, “¿Para qué?”, el Pro ingresa en una etapa de definiciones. Lanzados en la carrera presidencial, Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich reclutan aliados y aceleran los alineamientos en la provincia de Buenos Aires y el interior del país de cara a las elecciones de 2023. “Ya no hay lugar para los grises”, reconocen en el larretismo y del bullrichismo.
Aún rodeada por el enigma político de Macri, la pulseada interna entre Bullrich y Larreta altera la dinámica de Pro. Tras los últimos chispazos con el jefe porteño, que reunirá mañana a 150 dirigentes y candidatos a gobernador de Pro en las provincias para escenificar una postal de respaldo a su proyecto presidencial, Bullrich movió sus fichas para ratificar que su ambición no es testimonial y que pretende dar batalla. Atenta a su principal déficit -el armado en Buenos Aires, escenario de la gran confrontación electoral-, la exministra decidió ayer unir fuerzas en el distrito con Cristian Ritondo, el escudero de María Eugenia Vidal que aspira a competir por la gobernación.
Luego de que Larreta y Diego Santilli, la apuesta del alcalde en Buenos Aires, juntarán a más de 40 referentes de la primera y tercera sección electoral -entre los que hubo varios vidalistas-, Bullrich y Ritondo, acordaron anoche que sus equipos comenzarán a trabajar en conjunto en la provincia. Aún no sellaron un acuerdo electoral, sino que tendieron puentes para eventualmente confluir en 2023.
Durante la cena organizada en la casa de Alejandro Finocchiaro, en Villa Devoto, la titular de Pro y el diputado coincidieron en aunar esfuerzos para contrarrestar la fuerte ofensiva que activó el larretismo para instalar la candidatura de Santilli. “Lo planteamos como un camino de convergencia”, dicen en el equipo que construye el proyecto presidencial de Bullrich.
Es una jugada a varias bandas y cuyos efectos ya generan tensión. Ante los asistentes, Ritondo aclaró que seguirá apostando por el armado nacional de Vidal, quien recorre el país y, estimulada por Macri, no descarta entrar en la pelea por la candidatura presidencial de Pro.
En el nuevo ecosistema de Pro, Ritondo mutó en “halcón” y se alejó del larretismo para incrementar sus chances de competir por la gobernación. Ya cuenta con el visto bueno de Macri y el impulso de Vidal. Ahora quiere sumar el respaldo de Bullrich para aislar en el ring a Santilli, quien tiene el apoyo explícito de Larreta y de varios intendentes con peso territorial, como Diego Valenzuela (Tres de Febrero) y Julio Garro (La Plata). Entre tanto, Néstor Grindetti (Lanús) apuesta a cosechar el respaldo de Macri, a quien alienta para que juegue un segundo tiempo.
La titular de Pro había presentado hace 72 horas como nuevo aliado a Joaquín de la Torre, exsocio de Facundo Manes y uno de los dirigentes de JxC que se anotan en la disputa por la gobernación y resisten la avanzada larretista. También apalanca la candidatura del intendente de Capitán Sarmiento, Javier Iguacel, un exponente de los “halcones”. Entre los aliados de Bullrich hubo quienes despotricaron por la foto conjunta con Ritondo. Sospechan de una maniobra del jefe de bloque de Pro. En rigor, iba a ir el lunes al encuentro en el Yacht Club Olivos pero prefirieron dejarle el protagonismo a De la Torre.
La exministra intentó poner paños fríos frente a los ruidos internos. Con su acercamiento a Ritondo, Bullrich procura nutrir aún más su plantel y sumar a referentes del vidalismo que quedaron en Buenos Aires tras la mudanza de la exgobernadora a la Ciudad. En el larretismo aventuran que el amontonamiento le generará ruidos. “Están preocupados”, replican desde la trinchera bullrichista. Es más, ayer difundieron una foto de legisladores porteños de Pro que responden a Ritondo y Bullrich. La convergencia cruzó rápidamente la General Paz. Una advertencia a Larreta, que necesita esos votos para reunir quórum.
En simultáneo, la titular de Pro aspira a abrir un canal de diálogo con la UCR bonaerense, que hasta ahora no tiene un candidato consolidado y luce menos atomizado que Pro. En la lista de aspirantes radicales están Martín Tetaz, Maximiliano Abad y Gustavo Posse, entre otros. Los radicales toman distancia de la interna macrista y lucen expectantes: se entusiasman con la chance de que el Pro diversifique su oferta. “El Pro es una carnicería”, sintetiza un cacique de la UCR.
Represalias
A lo largo de cena en la casa de Finocchiaro, se escucharon críticas a la estrategia de “presión” que puso en marcha la Ciudad para que dirigentes bonaerenses y referentes de Pro en el interior expliciten su apoyo a la candidatura presidencial de Larreta. Con esos alineamientos, el alcalde pretende marginar a Bullrich y neutralizar la capacidad de Macri para ponerse el traje de gran elector en 2023, en caso de que decida no jugar en los comicios.
De hecho, después de la cumbre de Larreta y Santilli en San Martín, Agustina Ciarletta, Noelia Ruiz y Gastón di Castelnuovo, entre otros, fueron echados de un grupo de Whatsapp que integran Ritondo y varios vidalistas. Días antes, en el chat se había advertido que ir a esa reunión implicaba avalar la candidatura de Santilli.
Si bien el encuentro entre Bullrich y Ritondo estaba previsto desde hace tiempo -se había postergado en varias ocasiones-, decidieron difundir la foto bajo el eslogan “más juntos, más cambio” para enviar un mensaje a Uspallata. “Todos coincidieron en que no hay espacio para los tibios”, comentaron fuentes de Pro al tanto del mitin.
Del cónclave participaron Gerardo Milman; el intendente de Pinamar, Martín Yeza; el vice de Pro, Federico Angelini; los laderos de laderos de Emilio Monzó Nicolás Massot y Sebastián García de Luca; el senador Juan Pablo Allan y Pablo Walter; y Santiago López Medrano, titular de la Corporación Buenos Aires Sur, entre otros. Un mix de macristas, vidalistas y leales a Bullrich. También soldados heridos por el larretismo. ¿Macri celebró esos alineamientos con la mira en su disputa con Larreta? Hernán Lombardi estaba el tanto de la reunión, pero se excusó y no fue.
Apuestas
En paralelo, Bullrich pergeña un plan disruptivo: explora acuerdos con figuras de la UCR. El objetivo de sus estrategas es mostrarla como una candidata “transversal”, capaz de aglutinar tanto al núcleo duro de Pro como a sectores del radicalismo y del peronismo. En ese esquema se explican las incorporaciones de De la Torre o Monzó o las recorridas que hizo la exministra en modo campaña con el radical Alfredo Cornejo.
Por caso, Bullrich volverá a compartir actividades mañana con Cornejo. Se mostrarán juntos en Mendoza y, luego, viajarán a San Juan, donde el gobernador peronista Sergio Uñac generó el rechazo opositor al impulsar un nuevo sistema electoral que habilita la ley de lemas.
Mientras Larreta mueve el tablero de Pro para acelerar las manifestaciones de apoyo a su plan presidencial, los armadores de Bullrich ponen la mira en la UCR y, sobre todo, su andamiaje territorial en todo el país. “El Pro tiene más figuras nacionales que peso en el territorio y en el caso del radicalismo es al revés”, dicen en el entorno de la exministra.
Durante el último tiempo, Milman, jefe de campaña de Bullrich, un dirigente que militó en el centenario partido, buscó estrechar lazos con los popes de la UCR. Además de aceitar el vínculo con Cornejo, el diputado de Pro mantuvo una reunión hace diez días con el médico Facundo Manes, quien aceleró sus recorridas por el interior con instalarse en el escenario nacional de cara a 2023. En la tropa de Bullrich especulan con que el neurólogo tendría menos reparos para explorar un eventual acuerdo con Bullrich que con Macri o Larreta. El expresidente y el jefe porteño suelen ser blanco de las críticas de Manes. Es más, el médico fantasea con competir en una interna con Macri.
A la vez, Milman prepara una nueva reunión entre Bullrich y Gerardo Morales, jefe de la UCR y gobernador de Jujuy. Enemistado con Macri -ayer lo cruzó al fundador de Pro por sus críticas a un sector del radicalismo en Chubut que habilitó la suspensión de las PASO-, Morales mantiene una buena sintonía con Bullrich y Larreta.
Por ahora, el jefe de la UCR busca fortificar su proyecto presidencial y elevar su nivel de conocimiento con incursiones al conurbano bonaerense. En un sector de Pro sospechan que el jujeño apuesta a acumular capital político en la UCR para controlar el partido y, de esa forma, aumentar su poder de negociación en 2023.
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