Por Jaime Duran Barba
El RAM ha reivindicado cientos de actos terroristas en Neuquén, Chubut y Río Negro. En un manifiesto de 2014 declaró la guerra a Argentina y Chile, anunció que atacaría a los enemigos winka capitalistas (argentinos que no son mapuches) y al Estado opresor. Sus militantes son violentamente antiargentinos, han quemado y escupido la bandera nacional, vandalizaron placas de soldados caídos en las Malvinas y el Monumento a San Martin, a quien acusan de invasor. Parecería que ante el peligro de una invasión extranjera las Fuerzas Armadas y la Gendarmería deberían tomar cartas en el asunto, pero su comandante en jefe y muchos funcionarios no se han enterado del problema.
Los Homo Sapiens llegamos a América poco antes de que termine la Edad del Hielo, aislados del resto de la especie fundamos culturas que domesticaron vegetales que combatieron el hambre de la humanidad como el maíz, la papa, el chocolatl, el cacahuatl, y otros.
En Mesoamérica, se desarrollaron cientos de pueblos dentro de dos vertientes, la maya y la azteca, que inventaron sistemas de escritura, una mitología compleja presidida por el Colibrí Zurdo (Huitzilopochtli) y la Serpiente Emplumada (Quetzalcoatl), construyeron ciudades, pirámides. Se pueden admirar sus monumentos en sitios como Cholula, Teotihuacán, Chichén Itzá, Tikal y muchos otros y pasar días enteros en el Museo Nacional de Antropología de México admirando sus creaciones.
En los Andes existió otro conjunto de culturas importantes, dominadas en la última etapa por los incas que hicieron algo semejante. Se puede constatar su sofisticación visitando Tiahuanaco, Nazca, Cuzco, Machu Pi-cchu, Vilcabamba y muchos otros lugares.
Los dirigentes mapuches soñaron siempre con formar un país independiente
Además de las sociedades sedentarias, algunas naciones indígenas nómades, dedicadas a la guerra, aprendieron a manejar los caballos que trajeron los españoles, para formar ejércitos ecuestres con los que exterminaron o sometieron a otros pueblos. En Norteamérica fueron siux, pies negros, cheyenes, y comanches. En Sudamérica lo hizo solamente un pueblo, asentado en la actual Araucanía chilena, que enfrentó a incas y españoles sin someterse nunca. Les denominaron araucanos vocablo derivado del quechua auca, que significa salvaje. Desde el siglo XIX se llaman a sí mismos mapuches, fundiendo dos palabras del mapudungún: mapu y che, tierra y gente.
Durante la Colonia y el inicio de la República, se mantuvo un límite con la cultura blanca borrado alrededor de 1860, cuando Chile organizó la “Ocupación de la Araucanía” y Argentina la “Guerra del Desierto”, a partir de que los loncos (caciques) araucanos celebraron una Futa Kolloj, Constituyente del Reino de la Araucanía, llamado también la Nueva Francia, con capital en Perquenco, proclamando rey al aventurero francés Orélie Antoine de Tounens. Sus territorios comprendían todo los que está al sur del río Bío Bío en Chile y del Río Negro en Argentina, las islas Malvinas y la Antártida.
Fue el tiempo en que Francia quiso intervenir en América, invadió México y proclamó emperador a Maximiliano de Habsburgo. Los franceses crearon el término “América Latina”, para incluirse en una América en la que nunca habíamos hablado latín.
Históricamente muchos dirigentes mapuches soñaron siempre con formar un país independiente, cosa que nada tiene que ver con ideologías, como creen algunos argentinos anclados en los setenta.
Los líderes mapuches han buscado distintas alianzas para conseguir su objetivo: fundaron la Nueva Francia en el siglo XIX, nombraron al general Augusto Pinochet “Fauta Lonco”, (Gran Autoridad) de su nación, hoy intentan instalar su país al que llaman Wallmapu. Una monarquía de papel europea, Pinochet y algunos entusiastas de izquierda han sido usados con este fin.
Según el censo, existen en Chile 1.745.147 mapuches, que constituyes el 9,93% de la población. En Argentina, según el Indec, hay 105 mil mapuches, el 0,2% de la población. El 94% de los mapuches que existen vive en Chile y el 6% en Argentina, es un tema casi totalmente chileno.
La gran mayoría de los mapuches argentinos trabajan y producen en el sur del país. Un grupo que no llega a las mil personas, relacionado con mapuches chilenos, formaron el RAM. Les apoyan bastantes argentinos que mezclan novelería indigenista, anomia, e ignorancia. En algunos casos también el deseo de participar en negocios inmobiliarios y otras actividades ilegales. Pocos son los seguidores del actual rey de Nueva Francia, Federico I, o del Fauta Lonco Augusto Pinochet.
El Consejo de Todas las Tierras (Aukiñ Wallmapu Ngulam AWNg), promueve la creación de un Estado Mapuche independiente, el Wallmapu. La mayor parte del territorio de ese estado, que estaría al este de la cordillera de los Andes, en Argentina, se denomina Puelmapu, tierra del este. El vocero del AWNg es Huilcamán Paillama, principal operador internacional de los mapuches, que trabaja con el Parlamento Europeo y es consultor de la ONU.
En Chile es importante la organización Identidad Cultural Lafkenche (guerrera) que representa a las comunidades del lafken mapu de Chiloé y Palena y articula las acciones violentas en ambos lados de la Cordillera de los Andes.Su facción más radicalizada es la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), que ha reivindicado cientos de actos terroristas, incendios de camiones, propiedades públicas y privadas, empresas forestales, Iglesias Católicas y ha organizado invasiones de tierras. Actualmente han declarado la guerra al Estado chileno que tiene un presidente de izquierda, Gabriel Boric.
No producen nada en las zonas que ocupan, pero tienen autos de alta gama costosísimos
Su brazo en Argentina es el Movimiento Mapuche Autónomo del Puel Mapu (MAP) que, en sus palabras, “se define como un Movimiento y una Línea Política Filosófica, Autónoma e Independiente, que continúa desarrollándose en Neuquén, Río Negro y Chubut, entre Comunidades, organizaciones e individuos que se definen Autónomos, desde hace muchos años”. El MAP actúa a través de la Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), un “brazo operativo de Comunidades del Puel Willi Mapu que mantiene ocupado el Estado argentino”.
El RAM ha reivindicado cientos de actos terroristas en Neuquén, Chubut y Río Negro. En un manifiesto de 2014 declaró la guerra a Argentina y Chile, anunció que atacaría a los enemigos winka capitalistas (argentinos que no son mapuches) y al Estado opresor. Sus militantes son violentamente antiargentinos, han quemado y escupido la bandera nacional, vandalizaron placas de soldados caídos en las Malvinas y el Monumento a San Martin, a quien acusan de invasor.
La mayoría de los mapuches no se establecieron en ningún sitio específico de Argentina, lo que es útil para el RAM porque no teniendo un punto geográfico de referencia, invade cualquier lugar que declara sagrado Betiana Colhuan, una joven bruja, “Machi” del Lof Lafken Winkul.
No lo hace porque el sitio estuvo habitado alguna vez por mapuches, sino porque se lo señala un dios, cada vez más aficionado a tierras con alta plusvalía como las de Mascardi. Betiana dijo en una entrevista “Somos un pueblo preexistente al Estado argentino y al Estado chileno. Estamos recuperando el territorio que nos robó el Estado argentino. No tenemos ninguna frontera de provincia ni de país.”
El RAM no usa los territorios que ocupa para producir nada, son bases para asaltar lugares aledaños y hacer negocios ilegales. No se sabe que produzcan algo en las zonas que ocupan, pero tienen autos de alta gama y un aparato que cuesta enormes cantidades de dinero. Como es común con movimientos insurgentes de esta época, viven del contrabando, el narcotráfico, el chantaje, el secuestro, la ocupación de tierras. Siguen la lógica de la antigua guerra de guerrillas, cuando se formaban territorios liberados para luego conectarlos y tomar un país.
El CAM y el RAM acusan a la Iglesia Católica de haber sido una de las autoras de la invasión a sus territorios en la conquista. Cuando el Papa quiso visitarlos, Aucán Huilcamán, vocero del Consejo de Todas las Tierras dijo: “Queremos plantear claramente al jefe de Estado del Vaticano y de la Iglesia Católica su responsabilidad por el genocidio cometido en el sur de Chile y Argentina, porque los españoles contaron con el apoyo de esta Iglesia”. Le pidió que envíe un cheque de indemnización por 10 mil millones de dólares y que se abstenga de pisar territorio mapuche. Han quemado muchas iglesias en Chile y empiezan a hacerlo en Argentina.
Desde hace varios años, hemos escrito en esta columna algunos artículos sobre el tema, pero pocos los tomaron en serio porque viven en la sociedad superficial de la posverdad. Creen que los del RAM no tienen importancia porque son pocos, que tampoco saben nada acerca de las culturas precolombinas. Los ocupantes del Mascardi dicen que adoran a un tótem, ignorando que los tótems nunca existieron en América del Sur, ni en la cultura mapuche. Son propios de culturas indígenas de Canadá y del noroccidente norteamericano.
En 2009 la provincia de Río Negro adoptó la bandera del Reino de la Araucanía, aprobada en un Trawun presidido por el Rey Aurelio-Antonio I en 1861. Pocos se dan el trabajo de estudiar e investigar.
Esta semana Alberto Fernández, asistió a una reunión en la que estuvo ausente la celeste y blanco, presidida por la bandera Wenufoye, símbolo del Wallmapu, creada en 1992 por el Consejo de Todas las Tierras.
Fue recibido con un cartel que decía “Presidente, usted está pisando tierra mapuche”. Hay que reconocer que fueron hospitalarios, no le pidieron pasaporte ni visa para entrar al Wallmapu. A la visita a este territorio extranjero no lo acompañaron miembros uniformados de las Fuerzas Armadas argentinas porque en ese territorio son tropas invasoras. Felizmente tampoco atacaron a las fuerzas de seguridad que estaban cerca, como lo hicieron con un destacamento de Gendarmería hace pocos días en Villa Mascardi.
Viven del contrabando, el chantaje, el narcotráfico, y la ocupación de tierras que impulsan
Es difícil imaginar cómo el Gobierno va a explicar a los millones de winkas argentinos que viven en Bariloche, Mar del Plata, Bahía Blanca, las provincias de Neuquén, Río Negro, Mendoza, Córdoba, la provincia de Buenos Aires que deben irse, para que esas tierras sean entregadas a mapuches que tendrían que venir de Chile. Los que hay en Argentina serían insuficientes para ocupar tan enormes extensiones. Es interesante ver el tema en el mapa adjunto.
También tendrá que explicar por qué entrega Vaca Muerta y los enormes recursos que existen en esos territorios a los miembros de una etnia chilena.
Parecería que ante el peligro de una invasión extranjera las Fuerzas Armadas y la Gendarmería deberían tomar cartas en el asunto, pero su comandante en jefe y muchos funcionarios no se han enterado del problema. Tal vez estén preparando sus próximos mensajes traducidos al mapudungún.
*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.
Fuente Perfil